Secuelas de la pandemia

Rodrigo Contero Peñafiel
Rodrigo Contero Peñafiel

El coronavirus va dejando una crisis de salud mental, física y económica de impredecibles consecuencias. El aislamiento físico, el miedo y las pérdidas económicas son muy grandes. Si sumamos la desinformación y el hacer dinero a través de la corrupción, el daño es incluso mucho mayor. El malestar psicológico se extiende entre la población, la escasez de pruebas de diagnóstico, el aislamiento, las pérdidas laborales y financieras, y los mensajes contradictorios son los principales factores estresantes que incrementan los trastornos psíquicos.

Vivir exige percibir el futuro aceptando la realidad en la que nos encontramos. Esta es una catástrofe mundial que nunca esperábamos. La pandemia va dejando secuelas sanitarias, sociales, financieras y políticas muy difíciles de superar; se requiere de planificación y comprometimiento social para reconstruir la vida de mucha gente, pensar en un nuevo futuro desterrando la angustia, la tristeza y el desconsuelo. La ayuda psicoterapéutica es prioritaria. Hay que pacificar los temores y poner en práctica proyectos personales y colectivos para salir de la crisis.

Los síntomas psicosomáticos abundan: baja autoestima, desesperanza, apatía, hipocondría, trastornos del sueño y el apetito, identidades borrosas, adicciones, fragilidad permanente en las relaciones familiares y sociales. La depresión y el sufrimiento predominan en los estados de ánimo y la afectividad; tristeza, baja autoestima, autorreproches, pérdida del placer e interés, sensación de vacío, apatía, ansiedad, tensión e irritabilidad.

La alteración de algunas funciones bio-psico-sociales inciden en el apetito, insomnio, cefaleas, lumbalgias, dolores corporales, síntomas viscerales, gastrointestinales y cardiovasculares e inciden en la vida sexual de las personas. La desconcentración, indecisión, sentimientos de culpa, pesimismo y falta de valores desencadenan ideas suicidas La automedicación agrava los problemas; la adicción al tabaco, al alcohol y a otras drogas incrementan las enfermedades cardíacas, vasculares, cerebrales, pulmonares e infecciones de las vías respiratorias. Todas las personas sufren estas secuelas de una u otra manera que restringen su vida diaria.