Secuelas de la pandemia

Rodrigo Contero Peñafiel
Rodrigo Contero Peñafiel

Ebee León Gross dice: “el coronavirus es un germen protrombótico con capacidad para dañar todo nuestro cuerpo, según nuestra genética puede provocar una respuesta inmune e inflamatoria nociva, en algunos casos, y mortal en otros”; el contagio del virus se produce a través de las gotículas que salen despedidas de la nariz o la boca cuando se tose o exhala sin mantener la distancia de 2 metros y no usar mascarilla. La crisis es muy alarmante porque va teniendo nuevas características, hasta el momento desconocidas para la ciencia en el mundo.

Estamos atravesando una etapa de dolor, con un impacto emocional y social, que requiere sanar y dar sentido a nuestra existencia. Es hora de que en nuestro cerebro se activen factores de resiliencia y empatía que nos permitan salir de la crisis. Debemos enfrentar la adversidad y los problemas secuenciales de esta tragedia, con la capacidad necesaria para recuperarnos de esta catástrofe. El bienestar de la sociedad es tan importante como la empatía que cada uno de nosotros debe tener para apoyarnos entre todos, creando un entorno familiar y social lo más cálido posible.

Los efectos psicológicos negativos generados por la depresión, el estrés, la ira, la restricción de las libertades personales, el confinamiento, las pérdidas financieras y la atención médica saturada o insuficiente ha elevado el riesgo de enfermedades psiquiátricas en las personas, que se enfermaron y vivieron en cuarentena durante la pandemia.

El cierre de escuelas, colegios, universidades y todo tipo de actividades comerciales, la pérdida de puestos de trabajo y, por tanto, de los ingresos para el sustento de la familia; el ver que muchos trabajadores continúan enfrentándose todos los días al riesgo permanente de contraer el coronavirus, hace que el deterioro de la salud mental sea mucho mayor.

La prolongación en el tiempo y el sufrimiento de la población permite que la situación emocional se convierta en un problema crónico que incrementa las conductas violentas y los patrones de sufrimiento, tristeza y miedo generalizado. El carácter severo de la pandemia y su persistencia afecta a la salud mental de la gente, sin saber hasta cuándo.