Salvatore Foti
Ecuador atraviesa una de las peores coyunturas socioeconómicas y políticas de los últimos tiempos. El Estado enfrenta un serio ataque perpetrado por diversas organizaciones criminales armadas y terroristas que han infiltrado y corrompido numerosas instituciones nacionales, afectando a la población con asesinatos, secuestros, extorsiones y una violencia sin precedentes.
Además, ninguna institución está funcionando adecuadamente, desde el Registro Civil hasta servicios cruciales como el de salud, todos colapsados. En este contexto, es digno de aplauso que el nuevo Gobierno y todas las fuerzas políticas y económicas del país se unan contra estos males que nos afectan.
La visión de Noboa de forjar alianzas para sacar adelante al país es un acto patriótico y necesario, sin que implique de antemano la politización de la Justicia.
Es destacable que Noboa esté haciendo frente a críticas de aquellos que consideran a Moreno y Lasso como lo mejor que le ha ocurrido al país. Demuestra así que su enfoque cuenta con el respaldo de una nueva mayoría que, probablemente, está más preparada para liderar y gobernar.
Lo que buscamos es seguridad, empleo y un funcionamiento eficiente de las instituciones, aspectos que el nuevo presidente parece comprender a la perfección. Aquellos que se autodenominan ‘moralmente superiores’ podrían tener intereses particulares, ya que no es comprensible que se opongan a un Gobierno de concertación nacional, que es lo que más necesita el país en la actualidad.