México amanece con presidenta

Rosalía Arteaga Serrano

Para México y para buena parte de los países en el mundo, esta fue una experiencia electoral diferente. Por primera vez en la historia se disputaban la preferencia de los votantes, dos mujeres, una representando al oficialismo, al partido de Antonio Manuel López Obrador, Morena, Claudia Sheinbaum, de origen judío, y la otra, Xóchitl Gálvez, candidata del partido de oposición, el Partido Acción Nacional, el PAN.

Este enorme país latinoamericano y norteamericano, que comparte una extensa y conflictiva frontera con los Estados Unidos de Norteamérica, será gobernado por primera vez por una mujer, lo que implica un desafío grande, de proporciones gigantescas. Muchos estamos a la expectativa de si logrará y querrá desmarcarse de la enorme influencia de AMLO, nombre con el que se le conoce al actual presidente mexicano.

Claudia Sheinbaum tiene experiencia acumulada. Se vinculó a López Obrador como secretaria de Ambiente de la capital mexicana, para luego llegar a ser jefa de Gobierno de esa misma ciudad. Es miembro fundadora de Morena y ha apoyado al Presidente en todas sus campañas.

Es una respetada académica en el ámbito de las energías y del cambio climático, inclusive formó parte del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático constituido por las Naciones Unidas, organización que ganó el Premio Nobel de la Paz.

Su Gobierno estará plagado de desafíos, que tienen que ver en primer lugar con el espacio y territorios que ha conseguido el crimen organizado dentro del estado mexicano, así como de la relación con su vecino del norte y desafíos frente al uso del territorio como espacio de paso por miles de migrantes procedentes de América Central y del Sur, así como de otras latitudes.

Le deseamos éxitos a la primera mujer Presidenta de México, recordando siempre que el éxito de los gobiernos entraña el éxito de los países y, sobre todo, de los ciudadanos que tienen tantas expectativas, sueños y necesidades.