Rosalía Arteaga Serrano
Si bien el libro de Libertad Regalado, que sale bajo el sello de una editorial argentina, trae algo más que poemas, unos cuentos cortos y relatos, voy a referirme en este comentario a sus poemas, hermosas composiciones, algunas de ellas surgidas durante la pandemia, que nos traen las cadencias de la soledad, de los amores y desamores, de un delicado erotismo, de un amor por su tierra y por la naturaleza.
Los poemas que constan en el libro titulado ‘Los dolorosos muelles de la despedida’ tienen como escenario al Manabí omnipresente en muchos de los poemas que lo integran, y se sienten los sabores y los olores de su gastronomía o del tejido cadencioso y también doloroso de la paja toquilla.
Las reminiscencias de lo cuotidiano son parte de esa especie de intangible que forma la base de la poesía de Libertad Regalado, en las que se van desgranando las dedicatorias a los amigos, a quienes tocan su sensibilidad, a quienes son parte de su imaginario y también de sus vivencias.
Algunos de sus poemas fueron creados previamente, pero se aglutinan para formar parte de este todo que es el libro que sostenemos en las manos y que tan acertadamente forman parte de la colección que es materia de sus composiciones literarias.
No podemos dejar de lado su faceta de historiadora, de hurgadora en los temas que le tocan y que tiene que ver con su amor acendrado por su tierra, ese Manabí entrañable que nos lo transmite en sus investigaciones y que no puede alejarse tampoco de sus composiciones poéticas.
Libertad está lejos de lo grotesco en su literatura, la ilación de las ideas en sus versos se desliza con cadencias, con reminiscencias, sin dejar de lado la confesión de sus dolores y temores.
Vale la pena leer ‘Los dolorosos muelles de la despedida’ y quedarnos con su regusto en los resquicios de nuestra memoria.