El Sentido Común

Rosalía Arteaga Serrano

A pesar de que con frecuencia se habla del sentido común, entendiéndose este como la capacidad, de acuerdo con la experiencia, los conocimientos, los sentidos, de actuar o expresarse de manera razonable, sin que hayan de por medio estudios especializados, pero que normalmente arriba a conclusiones acertadas.

Se supone que el sentido común está ampliamente regado en las sociedades, en los pueblos, por eso precisamente se habla del sentido del pueblo, de lo que la gente comúnmente piensa y hace, pero, desafortunadamente en los tiempos actuales, parecería que el sentido común es el menos común de todos los sentidos, para muestra vale pensar en los resultados electorales, en la decisión de los pueblos a la hora de elegir a sus gobernantes, o de pronunciarse sobre un tema en las denominadas consultas populares, que muy frecuentemente arrojan resultados nada relacionados con esa forma razonable de actuar a la que nos hemos referido.

Pero también y en referencia a este tema, se suele argumentar cuando alguien se pronuncia o dice su opinión sobre temáticas específicas, que solamente porque esa persona no ha tenido una formación especializada en estos temas, debe inhibirse de opinar, y no nos referimos a aquellos campos en los que necesariamente haya que referirse a una formación técnica o tecnológica, sino a aquellos que son del común conocimiento y en los que deben primar los argumentos razonables.

Si alguien se atreve a dar su opinión, que probablemente va en contra de su tesis política, o de la opinión del caudillo o del capataz de turno, los palos y los vituperios caen en contra de quien osa opinar. ¿Es esto dable en una sociedad civilizada? ¿Caer sobre quien tiene una opinión diferente de manera desagradable e insultante hace parte de la vida cotidiana de un pueblo que quiere progresar?

Vale la pena meditar sobre estos temas y actuar con ese sentido común que tan venido a menos se encuentra y que debería guiar más nuestras opiniones públicas o privadas.