‘Roben bien’

La asambleísta de Pachakutik Rosa Cerda, durante un acto público en estos días, incitó a sus compañeros a que, si roban, deben hacerlo bien. “Si roben, roben bien, justifiquen bien pero no se dejen ver las cosas compañeros”, afirmaba con pasión la honorable asambleísta de Pachakutik. Así que según ella lo malo no sería robar, sino robar mal; mientras que, por ende, robar bien es la aspiración que sus ‘compañeros’ deberían perseguir.

Una gran perla que nos da muestra de la formidable calidad de algunos y algunas Asambleístas que tiene el país. Ahora nos toca descubrir qué significa robar bien y aconsejar con más elementos a los compañeros de la perspicaz asambleísta. 

Tal vez robar bien signifique que no vayas preso y que no te investiguen, así que, para la honorable, sus héroes han de ser, entre otros, los recientemente sobreseídos y ex imputados por corrupción y sobreprecios que robaron ‘bien’ y  a mansalva dentro de los hospitales durante la pandemia, a costa de los ecuatorianos que fallecieron a causa del COVID y por la falta de insumos. Pero otro héroe podría ser un expresidente que se salió con la suya y al cual aún no se lo investiga, a pesar de tener cuentas millonarias escondidas en paraísos fiscales. Y también serían valiosos ciudadanos aquellos ladrones que nos asaltan y matan por la calle, pues ellos también nos “roban bien“ si a la final la policía no los atrapa. Pues este es el mensaje innovador y vanguardista de la señora asambleístas para todo el Ecuador. Por lo tanto, viviríamos en un país exitoso, siempre según la honorable, si todos los que roban robaran bien y no se dejasen descubrir.

Señora Asambleísta: quédese tranquila, pues ya vivimos en este país al cual aspira, ya que la mayoría de los ladrones y corruptos roba tan bien que no son perseguidos por la justicia. La población sabe que en Ecuador la justicia está parcializada y sometida a poderes políticos y económicos que pesan más que las víctimas.

Desde la Asamblea lo están haciendo muy bien. Sigan arengando a favor de la impunidad y de la viveza, pues ya no hace falta ni siquiera salvar las apariencias.