Retorno

El gobierno nacional anunció que, desde hoy, 7 de junio, las instituciones educativas iniciarán el retorno progresivo y voluntario a la presencialidad. El  anuncio llega después de 15 meses en que los niños, adolescentes y jóvenes han permanecido en modalidad en línea, es decir desde sus casas recibiendo clases por convergencia de medios.

 La convergencia de medios, en los escenarios ideales son computadoras o tabletas con buena conexión a internet, pero sabemos que en el Ecuador gran parte de nuestros estudiantes han accedido mediante teléfonos celulares con escasa conexión, radios comunitarias y en muchos casos simplemente no han accedido a educación.

Es natural que el retorno a clases genere el temor, entre padres y docentes, de que incrementarán los contagios. Sin embargo, un porcentaje representativo de la población se habrá vacunado hasta septiembre y la medida de mantener a nuestros niños y jóvenes aislados también les pone en igual o mayor riesgo que el COVID, pues afecta la salud mental.

La educación universitaria, para aquellas instituciones que estábamos inmersas en la era digital, se solventó con facilidad. La educación en niños presenta mayores desafíos aun cuando se cuente con recursos tecnológicos y con docentes competentes. Pero en ambos casos hemos perdido el contacto, los espacios de socialización y recreación que son indispensables para los procesos de aprendizaje.

La pandemia y las medidas tomadas como el confinamiento han puesto en evidencia las inmensas diferencias y desigualdades de nuestra sociedad y del mundo. Esta misma experiencia la hemos enfrentado en diversas versiones del Ecuador.

Pero en todas esas versiones, son las mujeres las que han asumido mayor carga de trabajo frente a los cuidados domésticos, a la escolarización de los hijos y cuidado de familiares dependientes.

Las mujeres profesionales, en general, han podido mantener el teletrabajo, pero además son los trabajos de ellas en todos los niveles los que más se han perdido. El retorno a las clases también va a tener un impacto determinante en el desarrollo personal y laboral de las mujeres y, por ende, en el bienestar de la sociedad.

* Abogada y Licenciada en Artes Liberales (USFQ). Diploma en Derecho Comunitario Cátedra Jean Monet – Universidad Salamanca. Diplomado en Género, Violencia y Justicia (FLACSO). Máster en Relaciones Internacionales con mención en Seguridad Internacional y Derechos Humanos (FLACSO). Docente Universitaria de universidades de pregrado en las carreras de Derecho; de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales y en la Academia de Guerra. Ex Asesora del Comando Conjunto de las FFAA en el Centro de Análisis Estratégico. Investigadora en temas relacionados con género, participación política y seguridad internacional.  Actualmente se desempeña como Decana de la Facultad Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad Internacional SEK y docente invitada de la Academia Diplomática 2020.