En esta Navidad quiero regalar a todos ustedes un viaje al destino que prefieran. Puede ser a cualquier país de este planeta o incluso una aventura intergaláctica. Y a los más atrevidos, una travesía por el tiempo. E increíblemente, con el mismo boleto, viajarán un sinnúmero de personas. Es decir que, si lo pasan bien, podrán embarcar a otro ser querido. Y si la experiencia no fue placentera, compartirán el disgusto con el jefe, la suegra o el vecino bullicioso.
En esta Navidad quiero regalar una historia de amor, para que quienes han perdido la fe la recuperen. Quiero entregarles un relato de guerra, desde un punto de vista desconocido, para que se contagien de empatía. Quiero compartir un poco de historia universal para que reconozcan que la humanidad se repite y cae en un círculo vicioso, olvidando fácilmente los errores del pasado.
En esta Navidad quiero regalar la vida de personajes heroicos y valientes. Unos que no necesariamente libraron batallas en campos de guerra, sino que lucharon (o siguen luchando) por la igualdad, la justicia y el reconocimiento desde espacios muy pequeños. Quiero permitirles que conozcan a miles de mujeres que desde su hogar o su lugar de trabajo forjan un camino distinto para el futuro de todos nosotros.
En esta Navidad quiero regalar imaginación. Quiero compartir la creatividad de quienes dieron vida a personajes maravillosos y están ansiosos porque más personas los conozcan.
En esta Navidad quiero regalar conocimiento. Quiero entregarles una dosis de felicidad, de ambición, de gloria, de fracaso, de abandono, de soledad, de compasión, de diversión, de salud, de esperanza… una gran dosis de imposibles que se cumplen. Quiero aprovechar que estamos de fiesta para regalarles el infinito.
En esta Navidad les regalo un libro, el que quieran, el que deseen; aquel que está esperando empolvado, ansioso porque lo leas y luego compartas todo lo que en él descubriste.
En esta Navidad regala amor, regala un libro.