Razona tu voto

Rodrigo Contero Peñafiel

Durante mucho tiempo los ecuatorianos hemos sido engañados por un populismo irresponsable, que se ha encargado de poner valor a la vida de los ecuatorianos; nuestros hijos, nietos, sobrinos y más familiares ya nacen endeudados. Todos los ecuatorianos y las futuras generaciones deberemos pagar lo que se desvía en coimas, desfalcos, negociados, gratificaciones, sobreprecios y más formas de corrupción; nuestros impuestos serán los encargados de cubrir estas anomalías.

Todos tenemos la obligación de darle sentido a nuestra existencia, basados en los valores morales, éticos y espirituales que como seres humanos tenemos y, que, de alguna manera han sido cuestionados por el Estado de propaganda que hemos vivido en los últimos años, pretendido desmerecer el valor de la vida humana por la viveza criolla de quienes disfrutan del dinero mal habido dentro y fuera del país. Kant ya lo manifestó hace mucho tiempo: “si bien todas las cosas tienen su valía, el ser humano tiene su dignidad y razón por la cual nunca debería ser tratado como un medio, sino como un fin en sí mismo”.

Un nuevo proceso electoral está cerca y debemos decidir sobre nuestra existencia. Los valores morales, la dignidad y el honor de las personas están en juego; seguimos como antes o cambiamos el futuro. Hay que identificar y sepultar en las urnas a quienes han hecho de la corrupción su modo de vida, a los codiciosos que juegan con la vida de la gente. Planes, programas y proyectos fracasan por la incapacidad intelectual que domina el instinto populista, cuyos rezagos aún se conservan en la administración pública. La sensatez nos permite recordar el vergonzoso pasado de quienes destruyeron el país y, no volver a confiar en quienes dicen tener la solución para todo porque jamás les importa el bienestar de la parroquia, la ciudad, la provincia y el país.

Debemos recordar siempre que el honor y la dignidad no tienen precio, pero el socialismo lo ha tarifado, tampoco se puede perder la esperanza y la posibilidad de hacer escuchar nuestra voz ante la injusticia para contrarrestar la presencia de algunos individuos que no merecen otra oportunidad. Nuestro voto decide el futuro.