‘Rápido y furioso’

Este fue el título de una investigación periodística del año 2012 que contrastó una lista de personas asesinadas con el tráfico de las armas que fueron utilizadas para esos crímenes. Una pieza documental brillante que destapó las mañas de armar al crimen organizado para después aniquilarlo. De ahí lo poderoso del investigador de Univisión Gerardo Reyes Copello. Así, la captura de Álex Naín Saab Morán requiere una actitud de conciencia crítica abierta y honesta. Un hecho noticioso que permite contrastar datos para comprender al enemigo y detectar los tentáculos del narcotráfico.

El testaferro del chavismo-madurista fue el ideólogo del más descabellado blanqueo de dinero entre Venezuela, Colombia y Ecuador. Una maquinaria regional fabulosa de lavado de dinero sucio disfrazada tras el Sistema Unitario de Compensación Regional (Sucre): con infinidad de documentos adulterados. El origen turbio de exportaciones falsas de la empresa Fondo Global de Construcciones (Foglocons), con sede en Durán, Guayas, de 2010 a 2013, que siguen bajo la lupa de Gerardo Reyes. Un entramado que implica la ficticia fabricación y comercialización de planes de vivienda y un escalofriante atraco de gobernantes. Esa transformación de capitales del narcotráfico: de bolívares a sucres y luego a dólares sin supervisión alguna.

Por acá, falta esclarecer la ineptitud del Banco Central del correísmo, la participación del exfiscal Galo Chiriboga y la repetición de la cultura del soborno; desde las aduanas ciegas hasta el financiamiento a la dirigencia deportiva: del club Emelec y la Liga Pro de Fútbol. Es que el caso Saab involucra los negocios de Nicolás Maduro en la venta de oro a Turquía, petróleo y carbón, repartición de medicinas y alimentos en mal estado, así como la compra de misiles a Irán. Mucha riqueza encantada y tapiñada en paraísos fiscales de Panamá, Suiza, Fort Lauderlade en EEUU, Andorra y los Pandora Papers.

La visita de Antony Blinken, el máximo de la diplomacia estadounidense, más que un espaldarazo a la democracia local emite una señal hiperbólica de defensa a los derechos humanos; pulso político contra el narcotráfico. Lo que reconstruye un puente de lucha contra el irrespeto a la ética y el fin de la banda de otro ‘rápido y furioso’ mafioso, del ‘progre’ inamovible, mordaza de la impunidad judicial y del control al ciber-crimen transnacional en gestación, con abundantes ataques informáticos. ¿O no?

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