¿Racionalidad o estallido?

Fabián Cueva Jiménez

Frente a las próximas acciones de levantamientos sociales que causan incertidumbre, malestar y miedo, es necesario pensar y actuar racionalmente.

Ayn Rad, filósofa y escritora rusa, ubicada ideológicamente como liberal, dice que la única forma que le permite al ser humano vivir como tal es utilizando la facultad de razonar, siendo la racionalidad una virtud básica del hombre, fuente de otras virtudes. Si es así, pensémoslo bien, la racionalidad vendría a ser la única arma y la más efectiva contra la actual desintegración mental del ser humano, estado que diariamente sentimos con tantos e increíbles hechos.

El uso de la razón, creo estaremos de acuerdo, es la actitud que ayuda a resolver pequeñas y grandes problemas mediante decisiones con alto nivel de asertividad.

Pero claro, para ser racional y actuar racionalmente debemos reunir ciertas características claves: anteponer el pensamiento a la emoción, actuar con tenacidad para alejarse de obstinaciones, anticiparse frente a escenarios futuros, abrirse para aceptar cambios, analizar ventajas y desventajas que producirán ciertas acciones, ubicarse en una permanente actitud de aprendizaje, ser espontáneamente crítico, buscar el diálogo alejándose de temas de imitación social, aprender de los errores, alejarse de prejuicios, mitos y leyendas, aportar con creatividad y cultivar la resiliencia o la reacción positiva frente a desastres.

Pero nada de lo enunciado encontramos en muchas personas, especialmente en aprendices a líderes que —como el coautor de ‘Estallido’, Leonidas Iza— hablan de rebelión organizada con trincheras, abastecimientos, toma de instituciones estatales y empresas, presencia de guardias indígenas con armas artesanales, retención de policías y militares y salida del jefe de Estado, pasos cumplidos en la criticable intervención del 2020.

 Ese texto, aunque sucintamente es necesario analizarlo, contiene en 3 capítulos: análisis de temas económicos, políticos y sociales, cambios con explosión social, rol indígena (7% de la población de Ecuador) en una lucha social que incluye un manual para el uso de la fuerza, la destrucción, clara elevación del estallido a una posición de obsesión enfermiza.

Lo mencionado, también nos hace pensar en la falta de racionalidad de muchos, tema de este artículo, y hablar mejor de una transformación que toque temas de recursos físicos de la tierra que no son infinitos, cuidado de sistemas ecológicos, cambios de modelo del poder político, otros mecanismos de producción, creación y consolidación de comunidades especialmente rurales; tal como David Korten, norteamericano que basado en experiencias positivas aplicadas en muchos lugares del mundo, nos abre un camino que se inicia con una preparación para el cambio: alcanzar altos niveles de educación y alfabetismo con énfasis en el mejoramiento de la lectoescritura, las matemáticas, la dotación de servicios preventivos de salud incluyendo un aspecto importante como la planificación familiar, el aprendizaje de oficios para ganarse la vida, orientación hacia una ciudadanía activa, apoyo a las actividades económicas, políticas y sociales de las mujeres, siempre dentro de un marco de organización y autoridad de gobiernos locales.

En estos momentos de apremio por tantos momentos de inestabilidad social es necesario recapacitar sobre el estallido o la racionalidad. Diría es una obligación, siguiendo un esquema de 4 pasos consecutivos: experiencia (lo que estamos viviendo), reflexión (causas y consecuencias), conceptualización (de transformación y desarrollo) y aplicación (propuestas para mejorar).