Quito victoriosa

Quito victoriosa demanda al nuevo alcalde Santiago Guarderas que ejecute las agendas ciudadanas soslayadas por el exalcalde Jorge Yunda. Los quiteños somos los mandantes. Señor alcalde Guarderas, escuche a la ciudadana propositiva para el renacer de Quito. Quito está vigilante.

El realista presidente de la Real Audiencia de Quito, brigadier Joaquín de Molina escribió al Rey en 1812 apuntando las características Quito así: “…son desde su cuna, propensos a revolución en independencia. Esto es el espíritu que ha animado a sus padres; esta es la leche que ha alimentado a los hijos; esto en fin, en lo que tienen puestas sus miras y lo que meditan sin interrupción como el negocio más importante”…”siendo Quito el que regó por toda América los planes que tantos estragos ha causado…”. Estas referencias citadas por el historiador y jurista Juan Francisco Morales nos grafican a Quito, Luz de América.

El Concejo Metropolitano y TCE se pusieron en esa sintonía. El primer pedido de destitución para Jorge Yunda fue en el 2019 antes del de remoción. Un 80% de quiteños no votamos por este exfuncionario cuestionado por Contraloría por su emporio radial. Nuestra bandera azul y grana la enarbolamos desde los valores, no desde la discriminación racial; basta decir que Quito recuerda con mucho cariño al negro Rodrigo Paz Delgado, alcalde capaz y carismático. El guión de los defensores de Yunda  reduce a los quiteños de “blanqueados” discriminadores del exalcalde, dizque por sus orígenes; mientras que, supuestamente a Rodas, no se le cuestionó. La debacle de Quito empezó con Barrera y Rodas; Yunda fue la cereza en este pastel.

Muchas organizaciones quiteñas enfrentaron a Rodas. El historiador Morales Suárez sostiene que fueron siete solicitudes de revocatoria para Rodas  desde el segundo año y fueron evadidas. Rodas fue cuestionado y hubo acciones legales por la destrucción de las estructuras precolombinas debajo de la Plaza de San Francisco a causa del metro y cuestionamientos por el colapso de El Troje o el error vial Guayasamín. Quito no quiere corrupción.

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