Sara Serrano Albuja
“Quito morisco e indio/ madera policromada,/ imaginería escultórica./ Virgen apocalíptica,/ Libro Coral de San Francisco,/ señor de ecos y secretos./ Todo el minucioso arte quiteño/ es mi regocijo y mis poros./ Quito de milenaria génesis,/ semilla de iluminados guardianes, paso libre del jaguar”. Canto a Quito en estas líneas de mi poema ‘Quito Barroco’.
En estos días, los quiteños nacidos en Quito y los quiteños de corazón que no nacieron aquí pero quieren a Quito nos congregamos para celebrarla con canciones, poemas, leyendas, canelazos y el cuarenta. El milenario legado cultural quiteño, de profunda centralidad y cosmovisión equinoccial, se enriqueció con nuestra matriz mediterránea y se hizo arquitectura, identidad, arte. Somos herencia española palpitante, mestiza e innegable.
La literatura crea y recrea la vida misma, es riqueza espiritual y, por tanto, cocreadora de los significados del universo. Uno de los quiteños de corazón más reconocidos y queridos es el escritor Simón Zavala Guzmán, un quiteño honoris causa. Con Simón Zavala me cupo el honor de asistir al cálido encuentro internacional de literatura FILAM en Girardot, Colombia, país hermano que acogió con mucho cariño nuestra literatura y nos convidó su excelente literatura.
Asistí, también, con Simón Zavala y extraordinarios escritores nacionales e internacionales al Congreso de Poetas en Manta liderado por Rosalía Arteaga, donde la ULEAM fue el centro motor de apoyo, ejemplo y acogida hospitalaria a la poesía mundial. Creo que no hay alegría más grande para una patria que vivir la cultura y promover su literatura como lo demostró Macas, la Esmeralda Oriental con su III Festival Internacional de Poesía: Versos con Olor a Selva que hermanó a varios países.
Estos días, Quito y la Patria han recibido un dignísimo regalo literario de autoría de Simón Zavala: el tomo VIII de la Historia y Antología de la Literatura Ecuatoriana, obra publicada por la Academia Nacional de Historia del Ecuador que designó a Simón Zavala oficialmente como miembro honorario. Gracias poeta quiteño de corazón y de alma universal.