¿Pugna para el control de la Asamblea?

La Asamblea Nacional ya cumplió sus primeros cien días y resulta inevitable sacar algunas conclusiones que evidentemente no le benefician en el campo de la aceptación, confianza y credibilidad ciudadana. Cada día aparecen videos y acusaciones de corrupción que no solamente debilitan su imagen sino que indignan a la ciudadanía que ve cómo la clase política del país, lejos de mejorar, empeora legislatura tras legislatura. Ejemplos emblemáticos de la pésima reputación de la que gozan nuestros asambleístas son las arengas sobre cómo robar bien sin dejar rastro, por parte de la asambleísta Cerda, hasta el ya difuso modus operandi, por parte de muchos asambleístas, de pedir plata para obtener un puesto dentro de la misma Asamblea o a cambio de importantes cargos públicos, tal como se acusa de haber hecho a la actual segunda vicepresidenta de la Asamblea Bella Jiménez. Pero tampoco podemos olvidarnos de otros bochornos, como el de los asambleístas que endosan a sus secretarias su negligencia de no entregar informes a tiempo.

En fin, es una especie de todos contra todos fundamentado en la “viveza criolla” y en la voluntad de desprestigiar a determinados legisladores, obedeciendo a  cálculos políticos bien planificados para cambiar el orden de las cosas dentro de la Asamblea Nacional. Muy pronto llegarán a esta proyectos de ley de vital importancia para el Ejecutivo, muy consciente de que no cuenta con una mayoría confiable y que debe  buscar caminos alternos. Así, los ataques a Pachakutik podrían no ser tan ingenuos o casuales y, de igual forma, la destitución “programada “de Bella Jiménez dará paso a la elección de su sustituto; una elección que podría por fin develar quién se beneficia con este cambio.

Los escándalos y acusaciones no son gratuitos y no responden a sed de justicia ni a autodepuración, sino al hecho de conseguir objetivos políticos nacionales. Tampoco es gratuito que ahora la presidenta de la Asamblea haya desistido de presentar su queja en contra de Villavicencio. Es muy probable que lo de Bella Jiménez sirva de escarmiento para otros asambleístas que podrían correr con la misma suerte de no alinearse con las posturas “dominantes” .