Prefiero los excesos

Esta semana en el país estalló el escándalo de los periodistas de La Posta que durante su debut en televisión arremetieron contra el presidente de la CONAIE Leonidas Iza. Estos excesos o falta de respeto no son nuevas, ni en los periodistas en cuestión ni en otras personas que hacen opinión pública, o inclusive en usuarios de redes sociales. Pero se llama libertad de expresión y estoy convencida de que no cabe ninguna restricción por parte del Estado, sino que somos los consumidores de la información los únicos que podemos castigar esos excesos.

Las reacciones fueron diversas. En primer lugar, y de manera casi generalizada se rechazó el lenguaje peyorativo de los periodistas; en segundo lugar, hubo personas que consideraron que esas expresiones fueron racistas; finalmente, hay quienes pedían una sanción de tipo penal.

El lenguaje y las expresiones agresivas nunca comunican adecuadamente. En las redes sociales encontramos personas o cuentas falsas que se dedican a insultar y amenazar para buscar notoriedad. Esta semana hubo cuentas que amenazaron con publicar datos personales de terceros e intentaron distorsionar trayectorias profesionales desde argumentos falaces.

En el caso de los periodistas cuestionados, no veo ninguna expresión racista. Fue un estilo de comunicación burdo y poco profesional hacia un actor político. El señor Iza, por su parte, sí ha tenido expresiones racistas y declaraciones de odio. Por sus expresiones no puede ser juzgado, pero sí por sus acciones.

No podemos volver a un mecanismo sancionador y persecutor de la libertad de expresión que tanto daño hizo. Con todo y los excesos, prefiero siempre la libertad y les invito a que segreguemos a periodistas y líderes de opinión o las simples cuentas de anónimos en las redes sociales que buscan vilipendiar la honra de las personas desde falacias y trivialidades.