Ponchos rojos y bukeles

Kléber Mantilla Cineros

Una cosa es la alabanza festiva de un país inexistente en un informe presidencial, que hasta parece la gala de despedida de Guillermo Lasso, y otra muy distinta, la realidad asfixiante que hereda el gobierno de transición este noviembre. Al menos, hay ahora tres caminos para escoger y poner en marcha un proyecto después del sacudón de la muerte cruzada. Uno: el continuismo de los que no quieren irse desde el neo-correísmo; dos: lanzar políticas públicas vanguardistas desde la ecologia y los derechos humanos; tres: caer en lo globalizador del indigenismo latinoamericano y los señores de la guerra, el poncho o los ‘bukeles’, que enfrentan el reclamo o inseguridad con ‘esnob’ a violencias y tecnologías.

Unos siguen el continuismo burdo, afianzan la impunidad judicial y cumplen su objetivo final: el retorno del gran prófugo. A secas, repiten la fauna de asambleístas y presidenciables. Depuran la metástasis de la mentira política y perfeccionan el fraude digital. Rostros conocidos que fueron parte de la voracidad burocrática ya 16 años. ¿Qué han hecho en beneficio de todos? Pues, refresquemos la memoria: ganaron con la retórica casina, mal llamada, ‘revolución ciudadana’ (o robolución). La lelocracia fue secuaz en colocar fuerzas reaccionarias; introdujo impulsores del miedo, el terror, la pandilla urbana y la conspiración fatua en la legislatura. Más adelante, otro apagón informático se alegó con fecha 5-F. Capítulo tapiñado. Lleno de telarañas, pero nominó a los últimos gobiernos seccionales. Incluso, los activistas: Juan Esteban Guarderas y Blasco Peñaherrera expusieron pruebas técnicas y documentales ante organismos internacionales. Hecho penoso. Ahí quedó todo.

Lo segundo: nace el listado de la fortuna. Yaku Pérez, Fernando Villavicencio, Otto Sonnenholzner, Daniel Noboa Azin y Pedro Granja. Lo confuso: se dividen por intereses personalísimos sin unificar criterios ni consensos y borran al candidato único. Claro, solo uno de ellos, junto al triunfo de los yasunidos y el referéndum que detendría algo de la explotación minera, podría pasar a segunda vuelta.

La tercera vía sería la del extremo y radicalismo. Leonidas Iza y Jan Topic. Ultra izquierda y derecha. El indígena mariateguista del socialismo comunitario versus el empresario militar de las telecomunicaciones. Un estratega de la paralización social y las movilizaciones campesinas versus un mercenario armado de conflictos bélicos; protagonista clave en la trama de Odebrecht. Sin satanizar ni bendición, el poncho rojo y los bukeles de temporada. ¡A lo que hemos llegado!

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