Política laboral antediluviana

Se intenta una legislación laboral que estimule a las empresas a contratar, frente a las inflexibles normas actuales. Parte de las inversiones, nacionales y extranjeras,  vendrían por la existencia de seguridad jurídica, sistema de trabajo de oportunidades para empresarios y trabajadores, actuales y nuevos. Mas hay una oposición que viene olvidando que el actual Código del Trabajo fue dictado en 1938, hace 83 años en que el mundo ha cambiado radicalmente y no se detiene, en economía, tecnología, en derechos y obligaciones. El mundo tomó otro rumbo a raíz de la II Guerra Mundial (1939-1945), de la caída del Mundo de Berlín, del colapso de la Unión Soviética y países satélites, en que se evidenció que el paraíso de los trabajadores era un mito.

La dirigencia sindical y los líderes de izquierda están anquilosados. Los primeros son los mismos de hace cuarenta o cincuenta años; defienden un Código antediluviano, únicamente piensan en los actuales trabajadores que, conforme avanza el mundo, también pueden perder sus empleos, cuando hay que recuperarlos y crear nuevos. Este camino no es simple, pues supone que en el país exista seguridad económica y legislación moderna. Los idealistas de izquierda, que  no ven el mundo de Maduro, Cuba, Nicaragua, Bolivia, todavía sueñan en la  Patria Grande, cuando el mundo por la globalización es un pañuelo del que no podemos escapar y, si lo hacemos, será para hacer compañía a los dinosaurios.

Ergo, el modelo que hemos adoptado en el pasado es inadecuado para afrontar el reto. Las reformas laborales propuestas, aunque parezca contradictorio,  serán provisionales. De considerarse que serán definitivas retardaremos el desarrollo tecnológico del país, pues se viene  la inteligencia artificial, la dictadura digital, las impresoras 3-D,  a las que hay enfrentar y que harán que desaparezcan muchos trabajos actuales, a las que solo hay cómo detener con educación para ingenieros y emprendedores  destinados al desarrollo de los nuevos modelos sociales y económicos.

El tiempo para esa transición se acaba y  el mundo gira y gira y el necio mira y mira.