Petróleo y crisis

Eduardo F. Naranjo C.

Los recursos naturales objetos de codicia en la historia humana, motivo de numerosas guerras. La agricultura nos mantuvo hasta mediados del siglo pasado, luego se sumó la pesca y cuando encontramos petróleo cambiamos el nivel. Hoy, la sed de cobre, oro y otros metales siguen en lista con relativo beneficio económico.

La explotación de recursos siempre es ambientalmente tóxica y los retornos económicos  casi nulos para la población, en tanto la riqueza sale con exigencias mínimas de un Estado poco confiable que negocia y adjudica gracias a ‘contactos locales’ que las transnacionales ponen de ministros y gerentes a la carta.

Para explotar ITT se ofreció mucho y se cumplió un cinco por ciento, penetraron  ‘colonos’ taladores del bosque en territorio Waorani. Iván Narváez en ‘Operación ITT’, publicada hace 24 años por Petroecuador, presenta un documento completo para entender todo lo que no se ha cumplido y las características y consecuencias de la explotación en esa área de selva llamada la “última frontera extractiva”.

El país necesita ingresos. Ese campo dio la mitad de su reserva; sin embargo, requerimos recursos. De ahí el gran riesgo de suspender las operaciones. La reserva remanente estimada es 450 millones de barriles a valor promedio de 50 dólares, una mitad va al Estado, el resto paga a las empresas de servicios.

Suspender la extracción es decisión compleja. Marcelo Larrea, activista ambiental, sostiene como desventaja perder una prístina selva, santuario de millones de especies que son enigmas para la vida y donde biólogos de universidades ecuatorianas y extranjeras encuentran cada cosa, de las que se obtienen moléculas precursoras para resolver problemas de todo orden, es una nueva fuente de riqueza. El problema es tener  un pueblo informado y gobiernos honestos y sabios.