Persona non grata

Circula una petición para declarar persona non grata a Lenín Moreno. Los ecuatorianos deberíamos mostrar nuestro rechazo a ciertas declaraciones dadas por el presidente. Pero surge de inmediato la pregunta: ¿por qué no se dió esta iniciativa en los años pasados? Que los ecuatorianos somos un pueblo en decadencia es un hecho patente para cualquier observador imparcial; quien lo diga no descubre la Luna. Basta mirar nuestra conducta en estos tiempos de pandemia.

Sin embargo, ¿alguien pidió declarar personae non gratae a esos políticos que insultaron de viva voz y en forma grosera a diversos colectivos nacionales? Y no solo eso, nos empobrecieron y rebajaron nuestra dignidad; se aprovecharon de nuestra decadencia moral para labrar la fortuna de sus familias por varias generaciones.

¿No es persona non grata el presidente del Congreso que no exigió el juramento de cumplir la constitución para entronizar el nuevo mandatario?

¿No son personae non gratae los miembros del Tribunal Supremo Electoral que destituyeron a los congresistas de manera ilegal? ¿Y quienes elaboraron el mamotreto de Montecristi, con textos añadidos entre gallos y medianoche? ¿Y quienes provocaron un apagón informático en las elecciones? ¿No lo serán también los asaltantes de empresas privadas, los incendiarios de la Contraloría, en el octubre negro de negra recordación?

Y en este momento (escribo el jueves trece de mayo) ¿qué decir de los asambleístas que aprueban leyes inconstitucionales? ¿Y de los políticos que buscan alianzas con quienes han propiciado y socapado los actos de corrupción más sonados de nuestra historia?

No soy partidario de Lenin Moreno, considero que no estuvo a la altura de los dos cargos que ejerció, pero las declaraciones de persona non grata debieron impulsarse hace años en referencia a individuos nefastos, cuya sombra siniestra todavía nos abruma. Da la impresión de que se busca hacer leña del árbol caído, lo cual tampoco dice bien de los ecuatorianos.

Todos tenemos nuestra persona non grata, pero no olvidemos a quienes lo son para la inmensa mayoría.