Periodismo y violencia de género para el 2022

Terminó el 2021 y, con él, el año más violento para las mujeres y niñas en el Ecuador. Según el Consejo de la Judicatura, hasta noviembre del año pasado existieron 196 muertes violentas por razones de género. Para organizaciones de la sociedad civil, como la Alianza para el Monitoreo y Mapeo de Femicidios, se registraron 172 casos. Las cifras reflejan un incremento frente a lo sucedido en 2019 y 2020, lo que redunda en un dato estremecedor: cada 38 o 44 horas una mujer es asesinada en nuestro país. Frente a aquello, ¿cómo está tratando el periodismo local este tipo de noticias?

Empecemos por definir a la prensa como un actor vital para el debate social y como tal, se espera que trate a la violencia de género como lo que es: una conjunción de machismo, sexismo y no, una suerte de simples “crímenes pasionales”. Que las víctimas nunca son culpables y que las noticias deben analizarse desde una perspectiva de género. Una plena comprensión de esta problemática conlleva que los medios concluyan que se trata de un fenómeno social, que trasciende las fronteras de edad y estatus, y que se ha transformado en un obstáculo para poner fin a la desigualdad.

La labor periodística tiene una gran responsabilidad en aras de sensibilizar y prevenir, convirtiéndose en un estímulo para que las víctimas se sientan comprendidas y acompañadas para denuncia; más en estos tiempos de pandemia, cuando muchas han quedado invisibilizadas y obligadas a convivir con sus agresores, quedando varios femicidios y abusos en el subregistro. ¿No será acaso una buena idea que los medios incorporen en sus filas a editoras de género? ¡Quiénes mejor que las propias mujeres para que cuenten la verdad para las que continúan vivas!