Pasiones argentinas

Manuel Castro M.

Borges dice que pertenecer a un país es un “acto de fe”, es “sentirse” dentro de ese país, que cuando se tomó la decisión de dejar a los españoles la palabra ‘argentinos’ no significaba nada. Que su historia es muy breve y que la palabra ‘Argentina’ es un poco futura. Han pasado los años y la palabra ‘Argentina’ retumba en el mundo por su éxito en el Mundial de Fútbol de Qatar.

Argentina ha tenido y tiene sus dioses en varios campos, y de reconocimiento mundial. Jorge Luis Borges es campeón mundial en Literatura. Se le negó el Premio Nobel por haber estado en un momento en ‘offside’ cuando dijo que los militares argentinos eran unos caballeros y recibió una condecoración de Pinochet, mas nada de eso ha tenido importancia frente a su estatura y creación intelectual. Es un orgullo y pasión del pueblo argentino. Cuando a un humilde ciudadano de ese país, le pidieron su opinión a la muerte de Borges comentó: “Es el Maradona de los versos”, su otro dios y pasión, con templo, ritos y olvidó de su discutida vida privada.

Hace muchos años la pasión fue y es Juan Manuel Fangio, cinco veces campeón mundial de automovilismo. Igual las muchedumbres le aplaudían y  veneraban porque Argentina no era ya futuro sino presente. Tuvo dos boxeadores: Nicolino Locche y Carlos Monzón, legendarios campeones mundiales, ante cuya memoria todavía se inclinan y reverencian sus combates.

El trío de oro del arte literario: Borges, Sábato y Cortazar es el orgullo de los “ches”, así no los lean, pues como decía un porteño: “Son tan clásicos que hay como opinar de ellos sin el trabajo de leerlos”. Y los más viejitos tienen en la punta de la lengua a Sarmiento, político y literato eminente.

Pero la cosa no queda ahí. Tienen al cantante más famoso de todos los tiempos: Gardel, quien cada vez canta mejor y aún les hace llorar sin necesidad de la temible inflación y descalabro político. Y aunque utilizada por políticos desaprensivos queda la imagen de Evita Perón su ‘Diosa Rubia’ patrona de los ‘descamisados’.

Hoy el altar es para Lionel Messi que les ha dado ‘cinco centavitos de felicidad’, como canta Julio Jaramillo, nuestro abanderado de las pasiones exageradas.