Padrón, el cóndor

Kanchis Takikuna: la metamorfosis del cóndor es la primera producción musical de Santiago Padrón, más conocido por todos como “El Padrón”, un amigo sincero y muy auténtico, que ha logrado sintetizar toda la herencia de la música popular del cono sur con letras que conjugan la vivencia con la poesía y el espíritu de la rockola.

Con su grupo Copa Rota, Padrón no hacía covers de Los iracundos ni de Leo Dan, los interpretaba a su manera y vivía las letras de las canciones, a su manera, con una voz carrasposa, que denota la ira, el despecho, pero también la ilusión.

En Spotify y en YouTube está la producción de este personaje que de a poco se ha ido construyendo para sí mismo, no como una marca sino como una leyenda, como un antihéroe.

Influencias del tango, de la cumbia villera, de la murga y de la canción brasileña, pues en ese país estuvo por varios años.

Aún no hay una presentación oficial pero ya circula la producción en el ambiente digital, con gran gusto y sorpresa, pues con Copa Rota, Padrón explotaba una forma improvisada en el escenario, donde lo imperfecto era la característica, pero al escuchar toda propuesta música de la metamorfosis del cóndor, se aprecia que todo el trabajo escénico con la banda era la búsqueda de su estilo, de su lírica y su música: ahí se hizo y en esos ambientes de bar con futbolín, de patio de casa y de parada de bus.

La producción es perfecta, medida, con arreglos muy precisos y nada está fuera de lugar: ni siquiera la imagen del propio cantautor, que para quienes lo conocemos no es una puesta en escena que no tiene nada que ver con él; al contrario, destaca las cualidades camaleónicas e histriónicas de este bardo que se lamenta y festeja sus yerros y penas.

Con esta producción, bien se puede decir que Padrón reinventa, como Cuarón con Roma, la música popular que oían nuestros padres y que nosotros de pequeños, hasta la odiamos, y ahora la amamos. Gracias, Padrón.