Paco Moncayo Gallegos
La especie humana carece de memoria; reincide una y otra vez en privilegiar la guerra, en los términos más feroces, asesinando a niños, mujeres, ancianos y personas no combatientes, sin ninguna limitación moral. Mandatarios de países ‘civilizados’ no vacilan en violar sistemática e impunemente normas universales de los Derechos Humanos y del Derecho Humanitario. Cuando se conoció de Auschwitz y el holocausto judío, parecía que ese infame evento marcaría un punto final. Los genocidios de Ruanda, Darfur, de las ‘guerras yugoslavas’ y los ataques, en estos mismos días, a blancos civiles en Gaza y Ucrania, demuestran que no.
Es en este doloroso contexto que la Iglesia católica universal realiza una amplia convocatoria a participar en el 53 Congreso Eucarístico Internacional, que tendrá como lema: “la fraternidad para salvar al mundo”; la fraternidad como un mensaje de sanación de estas y tantas otras heridas que aquejan a la humanidad.
La ciudad de Quito ha sido seleccionada por el admirado Papa Francisco como sede de este extraordinario evento, en un país que se encuentra también bajo ataque de una violencia criminal inusitada. La población ecuatoriana y, en particular, la quiteña será, como en muchas otras ocasiones, una anfitriona entusiasta y comedida con los aproximadamente 6 mil visitantes, componentes de más de 50 delegaciones que llegarán desde muchas partes del mundo.
Los organizadores han planificado un amplio programa de conferencias, testimonios, diálogos, actividades culturales y artísticas que se desarrollará del 8 al 15 de septiembre en lo que constituye “el mayor encuentro de la iglesia universal en Ecuador”. Se ha destacado también que este encuentro retorna a América Latina 20 años después de aquel que se realizó en Guadalajara, México, en 2004.
La convocatoria ha sido realizada para todas las personas de “buena voluntad”, para quienes, sensibles ante la situación que abruma a tantos seres humanos, quieran sumarse a esta cruzada por la paz y el amor porque, como dice una de las estrofas del himno compuesto para esta gran ocasión: “Fraternidad es más que una palabra, es un abrazo olvidando el rencor, /es dar la mano al pobre y desvalido, es consolar al hermano en la aflicción/”.