Omicron, Delta, Deltacron, Miuh: ¿sirven las vacunas?

Evitando referirse a los profetas del apocalipsis y a los de las teorías conspiracionistas, lo cierto -dice el humor popular- es que, finalmente, un producto “hecho en China” duró mucho más de lo previsto. Ahora viene empaquetado en nuevas variantes, Gamma, Muh, Omicron, Delta, Deltacron, Miuh, cada una con sus peculiaridades, que la medicina ha identificado, pero que no sabe solucionar.

La respuesta de todos los días es igual: usar mascarilla, el distanciamiento social y exigir certificados de vacuna (con un aire de exclusión a los que no los tienen). Cualquier malestar, así sea un dolor en el brazo o en la pierna, es Covid. Parece haber hasta cierta complacencia de los laboratorios (que mejoraron sus ganancias) y malicia en el Ministerio de Salud por la entrega, falsificación o “tráfico” de certificados médicos para el trabajo presencial. Si, por defecto, todo es Covid, ¿las pruebas PCR son confiables o ya vienen con algún sesgo?

Los medios le hacen el juego a los voceros de organizaciones internacionales (OMS y OPS) y a las entidades públicas encargadas del manejo informativo de la pandemia. Sin ser ninguna falta de respeto: ¿por qué no se encargó el manejo del COE nacional a un/a infectólogo/a o a un/a inmunólogo/a, como en los países desarrollados?

Las universidades y centros de investigación del mundo llenan las páginas de los periódicos y páginas web, así como los tiempos de noticieros de radio y televisión, de diagnósticos y estudios que, como se sabe, solo son aproximaciones científicas al fenómeno, pero no ofrecen solución al problema, que sigue siendo motivo hasta de revueltas violentas y campañas negacionistas en muchas partes.

Es probable que las vacunas tengan algún efecto para evitar que empeoren los casos de contagio. Pero resulta bastante curioso que las nuevas variantes sean resistentes a las inmunizaciones. Incluso algún medio de comunicación refiere que dos de las más recientes (Miuh y Deltacron) pudieron ser creadas en laboratorio, como también se dice que el propio virus fue incubado en los centros de estudio de Wuhan (China), en el ya lejano 2019.

Si las vacunas no funcionan completamente, ¿cuántos refuerzos más serán necesarios para resolver la inmunidad de rebaño que se sigue buscando? Es decir que, cuando surjan las nuevas cepas (llámense ípsilon, zeta, etha, theta, lambda, pi u omega), habremos llegado a la enésima dosis, sin que la ciencia médica encuentre una solución para una vuelta a la normalidad que el mundo requiere ya.