Ola de violencia

En Guanajuato, Jalisco, Michoacán y Baja California, México, en estos últimos días se han producido hechos que han dejado muertos y heridos, además de bloqueo de vías, incendios de vehículos y establecimientos comerciales.

Expertos en seguridad han aseverado que estas acciones son muestras de lo rebasada que está la violencia en el país azteca, generada por las mafias que han optado por prácticas dirigidas a causar terror y dañar a la población civil, ya que se trata de ataques directos con armas de fuego en contra de comercios cuyos dueños amedrentan y queman, al igual que a unidades de transporte público y particular, con el objetivo de producir psicosis entre la población y poner contra las cuerdas a las autoridades, para que se replieguen y prevalezca la impunidad.

No han faltado voces que piden enfrentar decididamente a los grupos delictivos, para que no proliferen estas muestras de barbarie. En las últimas horas, en Ciudad Juárez han quemado casetas de policías y realizado secuestros a plena luz del día, mientras el clima de zozobra se agudiza.

 Estas prácticas conocidas en México evidencian que en Ecuador la situación va cobrando similares características, se ha señalado por la influencia de esas agrupaciones del mal: hombres asesinados, maniatados y suspendidos en la misma cuerda, colgados con sus cabezas embaladas, en un puente peatonal de Durán; enfrentamientos entre bandas delincuenciales que se se han adueñado de las cárceles, con centenares de muertos, decapitados no pocos; sicarios que diariamente protagonizan asesinatos especialmente en provincias costeñas, donde se han producido explosiones de tinte terrorista; toneladas de drogas capturadas, lo que revela la incidencia de la criminalidad transnacional en nuestro medio.

Las autoridades y la sociedad en general deben tener presente que sin seguridad no hay desarrollo.