‘Ojo seco’ en la Asamblea…

La Asamblea Nacional siempre ha tenido, y con justa razón, todos los reparos del pueblo nacional. Allí, históricamente, y sobre todo en estas últimas décadas, se han enquistado una serie de politiqueros mentirosos, pícaros y holgazanes que se han dado buena vida a costilla de las arcas fiscales.

Ahora, otra vez aparecen las voces correístas a darse de honestas, de morales sin límite, cuando sabido es que sus actos desdicen de sus discursos. Otra vez están los mismos socialcristianos de siempre con la desvergüenza normal que les vuelve cara duras y otros nombres en distintos frentes políticos que francamente son indeseables para el país. Convendría preguntarse cómo llegaron a ser candidatos, cuánto aportaron para ser ubicados en las listas electorales. Lo cierto es que ahora ya están ahí y ojalá no repitan la misma película preconcebida que atiende sus intereses personales sin importarles en lo más mínimo la suerte del país.

Ahora sí los correistas se rasgan las vestiduras y cuando fueron una abrumadora mayoría legislativa, con más de 100 votos a favor, hicieron lo que les dio la gana, se burlaban de los intereses de la Patria, amparados en el voto mayoritario, proclamándose democráticos y llenándose los bolsillos a gusto.

No se trata de venganzas, sino de seriedad, de trabajo por el país, por los más pobres, por las inmensas mayorías en desgracia y cabe preguntarnos, por ejemplo, qué pasó con los bienes incautados como TC y GamaTv en el gobierno de Correa, por qué no cumplió con la oferta de vender esos dos medios de comunicación y más bien los utilizó como canales oficialistas para sostener sus conveniencias.

Que no aparezcan hoy con membretes de moral los que ya hicieron tanto daño, mejor que enmienden y que con humildad se sujeten a un trabajo digo, a devengar sus sueldos, de los cuales algunos ya gozan muchos años. Que no se les suba la vanidad de saberse ‘asambleístas’ porque francamente no es tan honroso que digamos, después de las bochornosas experiencias que han propiciado.

Y los nuevos, los que se estrenan, que no se pasen de listos, porque si están allí es porque el esperanzado voto popular les dio un puesto o porque la desidia ciudadana, al no creer en nadie, les favoreció sin darse cuenta.

Habrá que cumplir comprometidamente, asambleístas, porque el norte son los ecuatorianos, nunca su fama y peor sus bolsillos.