Obsolescencia programada

Hace algunos años un ingeniero me explicaba que los fabricantes de todo tipo de artilugios mecánicos lo hacían dándoles un tiempo determinado de vida útil; se programaba que dentro de un cierto número de años el artefacto dejara de funcionar, para así obligar al consumidor a comprar un nuevo modelo.  Pero también existen objetos materiales que se dañan irremediablemente con el paso del tiempo, aunque su constructor hubiese deseado que duren para siempre; lo mismo sucede con algunas costumbres. Hoy en día casi nadie se molesta porque los hombres asistan a duelos o bautizos con chompa o sin corbata, pareciera que no cumplir con normas tradicionales de urbanidad es señal de progreso o símbolo de alto nivel económico: “el que tiene plata hace lo que quiere”.

También van quedando como reliquias del pasado  valores antes intangibles, entre ellos el amor a la Patria: cada cual pelea por sus intereses sin importarle si como consecuencia todos los demás caerían en la miseria o por lo menos entrarían en problemas. Hoy día muchos políticos demuestran con sus acciones que a la Patria se la pasan por los fundillos; el objetivo es dañar al oponente, sobre todo si está en el gobierno, sin importar las consecuencias nefastas para las mayorías. Se llenan la boca con la defensa de los derechos de los pobres y programan un aumento de los problemas económicos y sociales que agobian a las masas desposeídas, con el solo objetivo de acabar con el gobernante y, seríamos torpes si no nos diéramos cuenta, volver a aprovecharse del poder para beneficiarse otra vez de manera criminal y tapar las trapacerías anteriores.

La Patria para ellos, como dijo un profesor de una prestigiosa universidad, es tan solo una avenida que va desde un punto hasta otro de la capital de la República. Y obran en consecuencia, son incapaces de pensar en la comunidad nacional, en su presente y, sobre todo, en su futuro; son como el escorpión del cuento, que mata a la rana que lo lleva por el río, aunque al morir ella, sucumba también él. La Patria es ya una idea obsoleta.