Nuevas cadenas

Salió a la luz una inusitada estrategia que se fragua en los Estados Unidos, con la potencial aprobación de una ley que a pretexto de “cooperación bilateral” con nuestro país, introduce un texto para plantar un modelo supremacista a los intereses de ese país y bloquear nuestras libres relaciones de cooperación con otros países.

Es pública la alerta realizada por varios catedráticos del Derecho Internacional, así como  el reclamo de un diálogo amplio para ilustrar sobre los potenciales efectos negativos de tal proyecto.

El diplomático e internacionalista Pablo Villagómez puntualiza que se pretende manipular el Derecho Internacional para someternos a intereses extranjeros. Señala que este proyecto es “ un recurso retórico que busca ocultar sus fines prácticos…que son los intereses y objetivos de la política exterior de los Estados Unidos a escala regional y mundial”.

El diplomático analiza en su documento que se pretende bloquear a China como socio comercial para facilitar la “penetración de las empresas transnacionales norteamericanas con el consiguiente despojo de los recursos naturales”. Sostiene que “es evidente que la ley no toma en cuenta ni la estructura constitucional del Estado ecuatoriano, ni los principios que rigen las relaciones internacionales con todos los países del mundo, sin excepciones de ninguna índole”.

Esta ley, según Villagómez: “constituye lo que en derecho internacional se denomina actos unilaterales de los Estados .. a fin de crear obligaciones jurídicas en otros Estados”, concluye.

Los expertos del derecho internacional han reaccionado frente a esta pretendida maniobra gubernamental, que solapadamente busca aceptar la jugada extranjera. ¿A quién beneficiaría? Seguro que no a la gran población que, sumida en su angustia diaria de sobrevivencia, podría dejar pasar esto sin tener en cuenta las nuevas cadenas que se impondrían gracias a los cómplices locales.