¡No podemos equivocarnos!

Paco Moncayo Gallegos

Este domingo, los ecuatorianos acudiremos a las urnas a cumplir con un deber ciudadano inexcusable en un sistema democrático: ejercer la soberanía que como pueblo nos corresponde. En esta ocasión, se trata de apoyar o no las reformas planteadas en el referéndum, elegir autoridades locales y también vocales del Consejo de Participación Ciudadana. Nos corresponde decidir sobre la extradición de ecuatorianos involucrados con el crimen organizado transnacional; garantizar la autonomía de la Fiscalía General del Estado; disminuir el número de asambleístas;  imponer requisitos para la creación y permanencia de partidos y movimientos políticos, evitando su absurda proliferación; que los vocales del Consejo de Participación Ciudadana sean elegidos por la mayoría absoluta de la Asamblea, luego de un proceso meritocrático de selección; crear  un  subsistema de protección hídrica, como parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas; y , el pago de compensaciones por servicios ambientales prestados por personas, colectivos y comunidades. Como es usual, lastimosamente en nuestro país, la politiquería se ha tomado el debate, simplificando su complejidad a votar ‘No’ o ‘Sí’ en las ocho preguntas, como rechazo o apoyo al actual Gobierno. Lo que corresponde en uso responsable y legítimo de nuestros derechos ciudadanos, es analizar cada pregunta y votar conforme al mérito de su contenido, pensando si la alternativa que elijamos mejorará o no la vida de los ecuatorianos, evitando satisfacer el capricho de quienes intentan manipularnos.

En cuanto a la elección de prefectos, alcaldes, concejales y miembros de las juntas parroquiales, debemos comprender la importancia de contar con autoridades honestas y competentes, que gestionen de manera transparente y eficiente nuestros intereses y cumplan a cabalidad funciones que influyen directamente en nuestra calidad de vida: el agua, el alcantarillado, la gestión de residuos, los espacios públicos, la seguridad, la movilidad, la creación de empleo; en fin, lo que nos importa en la vida diaria y que depende de ellos. Procuremos no equivocarnos, un mejor presente y un futuro de esperanza para nuestros hijos está en nuestras manos.