¿Niños feministas?

Si hoy tuviera un hijo, lo educaría en feminismo. ¿Loco? No, más bien muy sensato. El hombre machista, alguna vez fue niño y muy seguramente, desde su primera infancia, vivió dentro de una estructura patriarcal. Siguió creciendo, llegó a la adolescencia y normalizó la desigualdad y el menosprecio a las mujeres. Pasan los años y en la adultez, ya es una víctima del tiempo y el sesgo que lleva dentro, lo replica en sus actividades de crianza como padre. ¿No cree, entonces, que para evitar la dominación masculina del debate y de los espacios sociales, requerimos de niños educados en igualdad y sin estereotipos de género? 

 Que el mundo sea más justo e inclusivo con las mujeres depende en gran parte de lo que se enseñe a los niños en casa. Parece un concepto gastado o una muletilla sin sentido, pero hay demasiados motivos para esto. Imagine al niño que observa que tanto su padre como su madre colaboran equitativamente en las tareas del hogar, promoviendo que sean también compartidas por él y sus hermanas. O el niño que disfruta de una verdadera crianza conjunta, con la presencia activa de su padre, que entiende que no “ayuda” en su cuidado, sino más bien, que es una “tarea de dos”. O el niño que ve lo educado y gentil que es su padre con las mujeres, no porque las considera débiles o vulnerables, sino porque merecen su respeto y ser tratadas igual. ¿No cree que un hogar así puede construir un niño más honesto y justo con las mujeres?

Soy lo que soy gracias a las mujeres de mi vida: mi mamá y mis hermanas. Puedo decir, con absoluta certeza, que fui criado desde el feminismo, por lo que quiero en el futuro lo mismo para mis hijos, si llego a ser padre. Gracias a mi familia, aprendí que el feminismo no es un concepto demoniaco que odia a los hombres, sino más bien, un movimiento que pretende la igualdad y la deconstrucción de esta sociedad patriarcal que lo único que ha hecho es crear un inmerecido sistema de privilegios y poder para los hombres. De allí la importancia de “desaprender”, de quitarnos los estigmas, la cultura impuesta, los cánones de género. Para lograrlo, un buen punto de partida es la educación desde el feminismo, ¿no cree?

@ItaloSotomayor

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