Mujeres, heroísmo y patrimonio

Sara Serrano Albuja

“Manuela prende velas en la oscuridad./ Manuela abre los brazos y de par en par./ Manuela de la risa, Manuela del andar/ Manuela celestina de la libertad/. De taco bajo, trae las llaves, trae conversación./ De madrugada, de casa grande, Manuela de razón,/ de voluntad, de pura fe,/ Manuela pensadora del amanecer./ Manuela tiene cuartos en el corazón,/ Manuela de ventanas abiertas al sol,/ Manuela de las horas,/ Manuela del albur,/ Manuela paridora del grito y la luz”. Es a la heroína quiteña Manuela Cañizares, a quien retrata Diego Luzuriaga en esta hermosa canción interpretada con la dulzura de María Tejada. También para ella, para la Cañizares, como para 86 patriotas del Primer Grito de la Independencia el 10 de Agosto de 1809, el Fiscal Aréchaga pidió la pena de muerte. Como a Manuela Espejo, esposa de Mejía Lequerica y hermana del Precursor Eugenio Espejo, a estas mujeres les queda el nombre luminoso de heroínas.

Este 8 de Marzo, recordamos el amor y la digna lucha de las mujeres por una mejor sociedad. Muchas mujeres en todo el planeta crean, producen y edifican la vida misma con su entrega, conocimiento y amor, mientras encaran al injusto desempleo, el machismo, la corrupción o la falta de oportunidades. Para cuidar la Patria, necesitamos hombres y mujeres honestos y capaces que no destruyan sino que cuiden y protejan el bien común y a nuestro patrimonio histórico cultural y natural constituyéndose en guardianes, en “Matrias” por poseer su sentido de amor y pertenencia; ese sentido que hizo a nuestra mujer milenaria ser cuidadora y protectora de semillas, respetuosa de la luna-quilla, dadoras de sabiduría, bondad, justicia y paz.

Matrias son Rosa Montúfar, Rosa Zárate, Nathán y Jonatá, Manuela Quiroga, hija de Manuel Quiroga, Doña Manuela Garaycoa y tantas otras. Este 8 de Marzo, el CECUME, que reúne a médicos amantes de la ciencia y la cultura en el antiguo Hospital Eugenio Espejo, nos ha invitado a ser parte de su recital de poesía, canto y literatura para homenajearnos. Empezó ya con el arte de la japonesa Mary Sano y sus grullas de origami, paz y vida.

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