Mito y barbarie

Ya no sorprende la olla podrida de corrupción en la que cocinan los políticos ni los niveles de criminalidad engendrados por el narcotráfico. En el país, el primer período de Guillermo Lasso, que fue purificador por su exitoso proyecto de vacunación, pasa a una segunda etapa de tensión y auto-presión. Coincidencia o no: la peor masacre carcelaria de la historia nacional, unos 118 reos asesinados, se produce cuando el Régimen pretende lanzar, cual náufrago en playa desolada, una botella de auxilio con la carta dentro de su confusa ‘mega-ley de oportunidades’, escrita en mito y suspicacia. Tierra fértil del rechazo que apresura y acumula farsantes, demagogos, usureros, vende-patrias,  narco-aprovechados correístas, inconformes propagandistas y millares de desempleados.

La verdad es que nadie quiere hacerse cargo de la cultura del cinismo, de masacres sangrientas vistas en ‘WhatsApp’, de anarquías gremiales burdas, de  miserias acumuladas por la huella de la migración insensata y demás plagas heredadas del fascismo castro-chavista, del sicariato maligno y los carteles mexicanos de la droga. Pero, ¿y si ellos se convierten en nosotros? ¿Qué pasaría? ¿Y si el mensaje despiadado viene dirigido a la totalidad? A lo mejor alguien se haga cargo del centenar de muertos y heridos en la guerra misteriosa de pabellones en la Penitenciaría de Guayaquil.

¿Holocausto criollo? ¿Decapitados y quemados? Acaso ¿símbolo antropológico de castración y juego de pelota como en los ritos de aborígenes prehispánicos de México? ¿Sacrificio ancestral con trofeos humanos y contenidos profundos de miedos y deseos pasmados? Por cierto, una relación metafórica calza: Barcelona SC está fuera de la Copa Libertadores y la mafia Yunda, al fin, está fuera de la Alcaldía de Quito.

Luego, un armatoste refutable rediseña la cabeza de Medusa: plasma obreros de segunda y reconfirma que la política es el arte de prometer lo que no se va a cumplir. Sin cabeza ni ideas el escape taciturno de Lenín Moreno evita esculpir otra tragedia del correato en piedra y cerámica titulada ‘INA Papers’. Ahí, el mito dual: presencia/ausencia del que hablaban los mayas y huastecos, mientras el alboroto sigue la ruta de la asambleísta que extorsionaba empleados para cancelar sus cirugías estéticas. Magia y castigo en resonancia con el inconsciente cultural de las tribus prehispánicas y la barbarie indescifrable en las prisiones del Ecuador.

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