Migración exasperada

Detrás de discusiones tenues aparece con crudeza en los noticiarios mañaneros el enfrentamiento del Estado contra delincuencia organizada. El debate histórico de guerra versus paz: el gasto armamentista por el bien común, que intenta detener la escalada del narcotráfico y delincuencia callejera. Esa decisión de ceder recursos que no se utilizarán para resolver necesidades de alimentación, salud y educación, sino a cambio de seguridad armada, vigilancia, control y adaptación de nuevas tecnologías policiales.

Lo cierto es que el mayor escándalo mediático gira alrededor del derroche por el precio de los almuerzos y viáticos de la clase política mientras a la par se acumulan imágenes de asesinatos y se expande la violencia en la vía pública por la delincuencia; pero, poco sobre el ejercicio del poder para detener la demencial corrupción heredada; y nada sobre planes contra el desempleo como la ansiada reducción de tasas de interés en los bancos.

Es que aumentar impuestos a quienes ganan más de USD 2.083 al mes para pagar la factura de la pandemia es un pequeño trozo de una monumental catedral. Acreedores, inversionistas, prestamistas y hasta vendedores de armas esperan que se concrete la reactivación económica, caiga el gasto fiscal, desaparezcan impuestos y renazca la generación de empleo. Esto en un país donde la gente prefiere pagar 20 mil dólares a coyoteros y traficantes de personas para migrar a EEUU y Europa en vez de concebir el emprendimiento y micro-empresa como flotador del abismal naufragio financiero.

Son inaceptables las decisiones de la política del gobierno cuando no se ajustan a los ofrecimientos de campaña y optan por el abandono de los intereses del pueblo llano. Ejemplos: esa parcial propuesta de reforma a la educación superior, que también se planteó en la campaña, hoy termómetro de contradicciones; un Senescyt que no desapareció y recicló los mismos burócratas, con rectores corruptos del correato, que le adeudan a la Policía Nacional y seguridad social, tan impolutos y en sus cargos; universidades que no logran articularse a un sistema de educación global y necesidades empresariales pese a las intenciones y clamor de autonomía y libertad. Muy poco sobre gratuidad, calidad y eficiencia, que obliga a la juventud a una migración exasperada sin marcha atrás.

[email protected]
@kleber.mantilla