Merecíamos algo mejor

Algunas de las propuestas que se presentan en la Asamblea Nacional, por personas capacitadas y conocedoras de los problemas sociales, económicos y de seguridad del país, son archivadas o pasan al tacho de la basura. Luego, se da paso a temas sin el menor análisis o sustento técnico, con mucho contenido político y venganza, pretendiendo encubrir un pasado nefasto y corrupto de veinte años de revolución ciudadana.

Se pierde tiempo con temas que interesan solo a un determinado grupo de políticos, demostrando una total falta de respeto para sí mismos y para el pueblo ecuatoriano; pero que descubre la falta de conocimiento y preparación de los proponentes. Con el afán de llamar la atención o justificar un salario inmerecido, se encubre actos de corrupción que avergüenzan al país, hechos bochornosos que impiden el análisis y aprobación de proyectos que son posibles y urgentes que permitan mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos.

Es lamentable que la política anodina, con muchos agitadores sin criterio alguno, pretenda defender con subterfugios un pasado sin ideas ni contenido. Suponer que son casos aislados o que no se tenía conocimiento de que los proyectos de antes se realizaban solo con el visto bueno del caudillo o sus testaferros, es querer negar hechos bochornosos que la historia y la justicia los tiene plenamente identificados porque destruyeron la institucionalidad del país. Es de cómplices e irresponsables decir lo contrario.

Los diagnósticos simplistas no son más que paliativos del momento que demuestran el desconocimiento de la realidad nacional y ahondan la confrontación. Los figurones de siempre con un ego abultado sorprenden a la justicia y al pueblo ecuatoriano poniendo en práctica un plan macabro y sádico. Para detener el populismo es necesario tomar conciencia, ser visibles con menor sello personal y persistentes en el análisis, relacionarse con técnicos y expertos, ser más rigurosos en el funcionamiento de la administración pública y darse tiempo para analizar la conveniencia y credibilidad de las propuestas de los exponentes. Solo así evitaremos a los políticos de siempre para no tener que decir…” merecíamos algo mejor”.