Mejorar los ánimos

César Ulloa

Urge una agresiva y sistemática inversión social por parte del Gobierno central, así como de las alcaldías y prefecturas para restaurar el ánimo y la convivencia pacífica, la dignidad y la autoestima en la población. Eso significa que los recursos económicos se cubran con rostros humanos en la lucha contra la pobreza, el hambre, desempleo, la inseguridad, la atención médica y el acceso a la educación. Atacar las consecuencias de estos fenómenos de precariedad social es determinante para vislumbrar un mejor futuro.

¿Cómo lo hacemos? El combate contra la desnutrición crónica infantil es impostergable, el rediseño del sistema de salud pública debe ser urgente, la inversión en infraestructura en materia de riego es inaplazable, el apoyo a la agricultura familiar campesina no puede retrasarse más, el acceso a la educación general abriría mentes y corazones de miles de niños y niñas, la lucha contra la inseguridad y la violencia no espera ni un minuto. No se trata de acciones asistenciales ni clientelares, sí de una política pública de intervención integral.

Por ejemplo, la lucha contra la inseguridad tiene varias acciones que pueden desarrollarse de manera concatenada y relacionada, en el marco de un plan a largo plazo con hitos de corto, mediano y amplio alcance. Por ejemplo, la generación de empleo requiere de inversión nacional e internacional. ¿Cómo lo logramos? Con seguridad jurídica, contexto de certeza, estabilidad política y un acuerdo nacional para empujar todos hacia el mismo lugar.

De manera concomitante se debe ampliar y mejorar la inversión en educación con actividades extracurriculares de vinculación con la sociedad: el poder del conocimiento y la inclusión social. De la mano, la recuperación del espacio púbico con alumbrado moderno y televigilancia. Dignificar las cárceles y ser eficientes en la sanción de delitos como el enriquecimiento ilícito, lavado de activos, testaferrismo y el tráfico de influencias. Gobernar con el ejemplo es la máxima de todas y sensatez para concienciar acerca de cuánto ganamos luchando contra la corrupción y la impunidad. Pasemos del mundo de las ideas a la realidad.