Más allá de los murales

La producción de pensamientos es inherente a la naturaleza humana. Estos se originan y desarrollan conforme a la influencia genética, energía neurológica, estímulos del entorno, aprendizajes conducidos, que nos permiten la adquisición de conocimientos y  la formación de opiniones.

Entonces, opinemos. Como referencia propongo un hecho público reciente, la elaboración de un mural histórico patrocinado por la primera autoridad engrilletada de Pichincha, idea aceptada por unos y cuestionada por otros. El tema nos lleva hacia un punto de partida, reflexionar sobre la historia, su validez como ciencia y como materia de enseñanza.

Unos dicen: los latinoamericanos tienen una obsesión por la historia, se aferran y eso produce un estancamiento en su desarrollo, en pleno siglo XXI; no son pragmáticos y eso les  impide ser competitivos, reducir la pobreza y elevar el nivel de vida.

Otros señalan: es necesario resaltar las ideas de los héroes de la “independencia”, hay que darles espacios importantes,  no sólo en los libros de texto, sino otorgándoles espacios, ya sea sillas desocupadas (Venezuela) o costosos y nuevos mausoleos (Ecuador), para que nos “iluminen” en sus decisiones.

Con el mural del Bicentenario, pretenden  ratificar discursos ciertos: el pueblo debe conservar su memoria, necesita conocer su historia para no incurrir en los mismos errores; pero, también anuncios confusos que en el fondo buscan elevar los nombres de los mentirosos exitosos ya conocidos y ausentes.

Lo cierto es que no se pueden justificar onerosos  gastos en tiempo de tantas necesidades, tampoco adoctrinamiento descarado —como lo hicieron en textos escolares— ni, lo principal, permitir otro golpe más, bajo el pretexto de mal interpretados mandatos legales y, ahora, al amparo de la historia. Hay sensaciones: robo y corrupción.  

Oponernos a la celebración de efemérides patrias y a expresiones de arte sería una insensatez; va más allá de los murales, abundan las  dudas y la desconfianza, no precisamente hacia los verdaderos patriotas.