Mala comunicación presidencial

Es evidente que el presidente Lasso necesita, de no encontrar un acuerdo dentro de la Asamblea Nacional, recurrir a una consulta popular para dar paso a su programa de gobierno. Sin embargo, las consultas populares se pueden ganar o perder y, por ello, la campaña que ya empezó el Ejecutivo debe ser mucho mejor y profesional.

En primer lugar, al presidente se lo expuso a entrevistas donde tenía más que perder, que ganar. Se lo envía a la cancha como para cumplir con el absurdo libreto de posicionarlo, pero al presidente de la República no hay que posicionarlo. Ya está posicionado. Hay que hacerle ganar adeptos y convencer a los que no están con él, en lugar de reconvencer a su voto duro, una herejía en campaña, pues no suma nada.

Hay que empezar a mover a los indecisos y a los que a pesar de tener buena percepción de Lasso podrían no votar favorablemente por su consulta. Falta mucho por hacer y se necesita urgentemente poner en sintonía al mensaje y al mensajero. Si bien es cierto que el mensajero debe ser Lasso, sobre el mensaje aún nada se entiende, algo grave a esta altura.

Por esto digo que al mandatario se lo está exponiendo de manera muy ingenua a las cámaras y a los flashes,  lo que no debe ser el fin sino el medio para ganar la posible consulta. Incluso el tema de las vacunas fue mal explotado, pues el timing no fue de los mejores y pronto, justo en plena campaña electoral, perderá parcialmente su efecto.

Se está desperdiciando tiempo y las ideas no están para nada claras. No hay ni siquiera un telón de fondo sobre el cual pueda transmitirse la “narrativa ganadora”; y si es que lo hay es tan refinado y elegante que resulta imposible de ver.

Falta además explotar la credibilidad que aún tiene el mandatario y hacer lo imposible para que sus ministros no digan pavadas en un momento tan álgido, cuando pueden echar por el piso la imagen de Guillermo Lasso. No están cuidando al Presidente.

En fin, en tema comunicacional, dentro de esta campaña para la consulta, Carondelet se saca una muy mala nota y le hacen cortina de humo al mismo presidente,  pues probablemente le dicen que todo anda bien.

Si no ponen las barbas a remojo, la próxima consulta podría ser la derrota definitiva del actual ejecutivo.