Los defensores de Lasso han fracasado

Lasso ha pactado con UNES, incluso a sabiendas de todo lo que aquello conlleva —tranzar con los rebeldes de Pachakutik y con el mismo Partido Social Cristiano que, aunque no da la cara, es parte fundamental de dicho acuerdo—.

En fin, el mandatario ha dado marcha atrás porque después de un año de inoperancia y pésima gestión se dio cuenta que para gobernar necesitaba de estas alianzas. Lasso y el país han desperdiciado un año por caprichos y rabietas de sectores políticos y sociales que no suman, si no que le restan al actual mandatario quien hoy no resistiría a una protesta social bien organizada.

El círculo cercano a Lasso ha fracasado rotundamente pues si el mandatario no goza de respaldo popular ni de buena imagen no ha de ser por aciertos, sino por los desaciertos y el mal manejo institucional y estatal que se ha dado a todo nivel. Los defensores del Gobierno han preferido guardar las formas por encima de los temas de fondo contribuyendo a la debacle gubernamental.

La lógica y el sentido común han sido rebasados y suplantados por los dogmas y un preocupante complejo de superioridad. Con todos estos elementos autorreferenciales era inevitable el fiasco y la mala imagen que debe soportar el mandatario, que no puede permitirse el lujo de ir ni a la muerte cruzada ni a la consulta popular, pues sería sepultado en las urnas y obligado a un retiro forzoso y poco gratificante de la vida política. A Lasso lo han mimado y defendido sin guardar ni siquiera las formas pues no importaba, ni importa, lo mal que estamos hoy, sino lo pésimo que supuestamente estuvimos con Correa.

Lasso fue el caballo de Troya para que cada pequeño protagonista público cobre su venganza en contra del exmandatario aunque esto le haya costado, al Presidente, sacrificar todo su capital político.

Lasso es rehén de gente que concibe hacer política como hacer la guerra y que, por ende, está dispuesta a todo, sin entender que en política hay adversarios mientras que en la guerra hay enemigos. Ahora que han quemado al primer mandatario, esperemos estén dispuestos también en asumir las consecuencias y a dejarle gobernar tal como él lo crea conveniente, pues de seguir así acabarán inclusive con lo poco que queda país.