Un día reniegas de ser millennial, y otro, miras con la boca abierta el estado de cuenta de tu tarjeta de crédito. Casi la mitad de mis consumos corresponden a plataformas digitales y contenido por streaming. En la lista figuran: Netflix, Apple Tv, Zoom Premium, Template, New York Times, Kindle Unlimited, Audible, Spotify, WordPress; además del fee mensual por un espacio en la nube.
Gracias a mi ‘smartphone’ y la ligereza de mi dedo para darle clic al botón de ‘aceptar’, me he convertido en una ‘shopaholic’ del siglo XXI. ¡Pero no estoy sola en esto!
Un estudio realizado en España en 2019 ya revelaba que los ciudadanos de ese país habían gastado 512 millones de euros entre el App Store y la tienda digital de Google. Con el confinamiento y las restricciones de movilidad, la cifra aumentó. Un nuevo estudio de banca móvil N26 reveló hace dos meses que los españoles gastan unos 40 euros mensuales en suscripciones, un 11% más que antes de la pandemia.
Según SimilarWeb, en Ecuador, entre las plataformas de pago más descargadas se encuentran Netflix y Spotify. Y son cada vez más las personas que pagan por el servicio Premium de esta segunda aplicación.
En 2019, la cifra global de consumo era de 120.000 millones de dólares. A la cabeza del consumo digital está China, seguido de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. Las aplicaciones en las que más gastan los ciudadanos siguen siendo los videojuegos y las plataformas de contenido por demanda.
Por mi parte, no puedo negar que me faltan horas para consumir todo el contenido por el que pago, pero intento desquitarlo. Y antes de declarar mi adicción en un grupo de apoyo, cada mañana me informo con la app del New York Times, escucho Audible mientras estoy con los quehaceres del hogar, Spotify ambienta mis horas de trabajo y Netflix me acompaña cuando almuerzo sola.
Un día reniegas de ser millennial y otro, aceptas que no podrías dejar de serlo.