Lasso y el ‘Triple 4’

El Presidente de la República ya tiene fecha de caducidad y lo que nos queda esperar es cómo y cuándo lo van a destituir, dado que seguramente ya hay acuerdos y planes para que esto se vuelva viable lo más pronto posible.

Lastimosamente, el Ejecutivo no ha sabido leer los acontecimientos que se han dado —y se siguen dando— en el país y mantiene, masoquistamente, una línea totalmente desenfocada y divorciada de las reales necesidades de la gente.

La crisis hoy no es solamente política sino que también social y por esto la mayoría de la población califica a la gestión del mandatario como mala o muy mala. Así que las salidas democráticas a este enredo son ya muy pocas, pero sobre todo drásticas o inclusive violentas. La muerte cruzada ya no es dable, puesto que el Presidente, por más que se rodee de policías y militares, no está rodeado ni cuenta con el apoyo del actor que más cuenta: la gente. En el momento en que Lasso firmara la muerte cruzada sería destituido por la Asamblea, que invocaría grave conmoción interna. Acabaría igual o peor que Castillo en Perú.

La renuncia tampoco es una salida viable, puesto que el Presidente no quiere bajo ningún concepto aceptar su derrota política, así que lo que podemos esperarnos son la destitución desde las protestas sociales o desde la Asamblea, que ya maniobra hace rato.

Sin embargo, es posible que el Presidente  y el país tengan otra salida pacífica y hasta oportuna que, en honor a la verdad,  leí hace poco en un Twitter del asambleísta Xavier Santos. Me refiero a una convocatoria a Asamblea Constituyente contemplada en el artículo 444 de la Constitución.

Esta salida, además de ser democrática, respondería a las necesidades de la población que en lugar de ver cómo los mismos políticos vayan ‘arreglando’ el post Lassismo poniendo a los amigos de siempre, con esta solución podrían ver cómo se van todos a su casa para volver a las urnas y propiciar cambios estructurales  importantes. Además, siendo un poquito más reflexivo y un poco más político, el presidente Lasso podría sacar muchas ventajas de esta decisión.

Pero me cuentan por allí que el Presidente no hace caso a nadie, así que lo más probable es que una vez más se nos vengan días muy caóticos y violentos, pues quien está al mando sigue esperando y confiando, incapaz de tomar las mejores decisiones, tal como lo hicieron muchos de sus predecesores que tampoco lograron acabar su periodo.