Lasso vs. Arauz

Mucho se habla de quien ganó el debate presidencial pero nadie entiende qué significa ganar un debate pues si fuese así, no se concentrarían tanto en las formas y trivialidades, sino en lo principal que en un debate debe lograr: convencer a más electores a inclinarse por su propuesta. Gana quien desde hoy tiene más votos de los que tenía hasta el día anterior.

Los sectores más respetables del país se quedaron en lo bonito y supuestamente eficaz de una oración o de una foto antes que en los temas que más interesan a la gente y que más fueron puestos sobre la mesa por ambos candidatos.

A nivel formal, Arauz administró los tiempos mucho mejor que Lasso, y no perdió los estribos como lo hizo Lasso, quien en más de una ocasión tuvo que ser llamado al ‘orden’ por la moderadora.

Tampoco las respuestas o, mejor dicho, los silencios de Lasso sobre escoger entre los intereses del país o de los bancos le ayudaron y además se cuidó muchísimo de no contestar sobre si su ‘vice’, Borrero, está o no entre los vacunados VIP.

Si bien Lasso ha mejorado en su aparición en público, perdió una gran oportunidad para ganar más adeptos, pues más allá de las encuestas que lo daban primero o de las empíricas afirmaciones de que sube cada día, el dato objetivo es que Arauz le lleva 10 puntos de ventaja. Arauz hizo lo suyo, mantener la ventaja e inclusive acrecentarla dedicándose a hablar de la eliminación del impuesto del 2% a la microempresa y de la reestructuración de las deudas de los ecuatorianos, que es lo que más cuenta en este momento pues los bancos están que nos llaman y llaman.

De las becas y de Correa, quien estuvo presente en los pensamientos de Lasso, no le importa a nadie más que al voto duro de Lasso -que ya lo tiene- y, por ende, de nada sirve seguir buscando votos con esta cantaleta.

Los votos importantes están en las manos de los jóvenes que quieren escuchar hablar de ecología y futuro. Pero tranquilos, el debate del domingo no va a decidir las elecciones del 11 de abril puesto que ninguno de los dos logró capitalizar la mayoría del electorado. Lo único en lo que los dos candidatos coincidieron es que Moreno fue un pésimo presidente, pero esto tampoco le beneficia a Lasso, ¿o si?