Las cosas bien hechas

Ernesto Sábato, en su formidable ensayo ‘La resistencia’, nos habla de algunos valores poco a poco olvidados por obra del llamado ‘progreso’. Entre esos valores casi perdidos de manera irremediable se halla “el gusto por las cosas bien hechas”, ese sano placer de poner todo el empeño en hacer del mejor modo lo que tenemos entre manos. No importa de qué se trate; la idea es poner toda la carne en el asador en nuestras empresas, pequeñas o grandes, pues todas deben ser enfrentadas dándoles la suficiente importancia.

Ya se trate de los estudios en la escuela o en el colegio, con sus correspondientes deberes o consultas, ya de barrer la casa o vender detrás de un mostrador en una modesta tienda de barrio, ya de atender al público en una ventanilla burocrática o de elaborar una ley en beneficio de la comunidad… Siempre se debe buscar la excelencia.

Debemos volver a la seriedad de los niños. Para ellos sus juegos tienen trascendencia, se entregan a ellos con toda el alma; por eso, un adolescente bien encaminado juega una partido de fútbol con sus amigos como si fuera la final del Mundial.

A veces podemos tener la impresión de que ciertos políticos y funcionarios públicos, de cualquier nivel de responsabilidad, olvidan este viejo valor y se enfrentan a sus deberes como si el resultado no dependiera de ellos, como si el objetivo a alcanzar careciera de peso. También para el juez y el abogado, para el legislador y el policía, para el ejecutivo y el administrador, debe primar ese “gusto por la cosa bien hecha”, no solo para el artista o el artesano.

No se trata de buscar el aplauso de nadie, ni la admiración de los entendidos; sino de satisfacer a la propia conciencia, saborear la convicción de que nos hemos atrevido a lograr lo mejor de nosotros mismos, a vencer dificultades, muchas de ellas nacidas de nuestro interior acomodaticio, perezoso o cobarde.

Ya lo antiguos romanos decían. “Haz lo que haces”, dedícate con todas tus cualidades y luces a lograr el mejor resultado en lo que estás empeñado en el momento presente; no divagues: esfuérzate.