La Tri, los árbitros…

… los periodistas y los dirigentes. Se ha terminado otra aventura más, como suelen decir, en la vida de la selección nacional de fútbol. Un aficionado común, sin conocimientos especiales, como quien esto escribe, opina con los amigos y punto. Ahora me atrevo a hacerlo frente a mis escasos lectores.

La Tri jugó bastante bien sus partidos, no se vio un equipo inferior a sus rivales, antes al contrario, sobre todo en varios momentos. Sin embargo, la imagen fijada, y las derrotas o empates sufridos, han dejado un amargo sabor de boca en muchos.

Con el respeto debido, opino, en primer lugar, que varios de nuestros jugadores carecen de fundamentos básicos para el juego, sobre todo no tienen visión de cancha ni intuición de los espacios, por eso sus contrarios les ganan con facilidad el dominio del campo en momentos críticos.

También hemos tenido mala suerte con los árbitros (se me podrá tildar de fanático por decirlo); en el juego con Perú, por ejemplo, me entró lo sospecha de que alguien le habrá dicho a Gil Manzano que muchos ecuatorianos somos hinchas del Real Madrid, en consecuencia le era imposible por convicción metafísica cobrar los dos penales a nuestro favor que se comió con habichuelas. Como es lógico, los periodistas con camiseta dirán lo contrario, inventarán que era presidente de una peña madridista… Pero nuestros periodistas de la prensa escrita jamás reclaman por jugadas “dudosas” a favor de la Tri: hablan de “supuesto penal”, cuando mencionan el incidente, pues casi siempre en las crónicas torean con pañolón las jugadas conflictivas. A los comentaristas de TV no les oigo porque no les entiendo.

Y los dirigentes, bien gracias. Todos supimos de los reclamos de Colombia y de Perú; en cambio los nuestros calladitos como si así estuvieran más guapos. Deberían revisar todas esas jugadas aparentemente intrascendentes (saque de banda y de esquina, fuera de juego) que se pitan casi siempre en la misma dirección. Que no es la nuestra.

Estimado lector: me disculpa el mirar las cosas con gafas tricolores, pero debía sacarme el clavo.