La llave de la prisión

El habeas corpus es una institución muy respetable y de larga data, con lugar de nacimiento en Inglaterra, probablemente en el siglo XVII. Tiene una raigambre garantista y es la tutela de la libertad personal, de la protección de los derechos humanos.

La idea central es proteger a las personas para que no sean privadas ilegalmente o injustificadamente de su libertad, ya sea en tiempos de paz, en períodos dictatoriales o incluso en tiempos de guerra.

Se pretende también salvaguardar la integridad física de las personas que están privadas de la libertad, así como precautelar la libertad de los ciudadanos y evitar los abusos de las autoridades y las amenazas a la seguridad personal.

Por todo ello el habeas corpus en una institución tan relevante y necesaria en la legislación de los países, y debe cuidarse que se mantenga dentro del cauce de la legalidad y de la legitimidad.

En el Ecuador de nuestros tiempos, sin embargo, se toma al habeas corpus de una manera tan ligera que pone en riesgo la vigencia de este derecho ciudadano, por el abuso que se ha ocasionado con la recurrencia a jueces que se prestan a este juego absurdo.

Por ello decimos que la utilización del recurso del habeas corpus se ha transformado en una especie de llave de la prisión, a la que acuden personas poderosas y con muy pocos escrúpulos, y jueces que se prestan para la violación de procesos y leyes —y que tan poco favor le hacen a la Función Judicial—.