La honradez es lo primero

Alejandro Querejeta Barceló
Alejandro Querejeta Barceló

En nuestras democracias latinoamericanas se tiene la idea de que necesitamos más información. En la mayoría de los manuales de estilo de periódicos se manejan conceptos y principios relativos al conocimiento: “verdad”, “falsedad”, “opinión”, “objetividad”, “certeza”, “demostrar”, “juzgar”, “aseverar”. Se afirma que la información es conocimiento y por la vía del conocimiento se llega a la verdad.

Supuestamente, cada vez que se añade más información, se gana en libertad. Pero, como sabemos, no por añadir información, aumenta la libertad, por cuanto la información no sólo puede ser espuria, sino que de hecho lo es en un gran porcentaje. Por otra parte, muchos sostienen que a más información se corresponden sociedades más democráticas. A veces temo que quienes lo afirman no miran muy detenidamente a su alrededor.

El término “periodismo militante” muchas veces se confunde con el de “periodismo partidista”. Se puede “militar” en defensa de los derechos humanos; sin embargo, cuando se usa los derechos humanos como pretexto de la actuación de un determinado grupo político o partido, esto lastra la calidad ética del texto periodístico resultante.

Son los hechos, la realidad, la naturaleza de la cobertura periodística, los que le dictan al periodista el género a utilizar, su estructura y su lenguaje, independientemente de su  estilo individual. Quienes se ufanan de legislar sobre medios de comunicación por lo regular muy poco han tenido que ver con la práctica periodística. Sin embargo, son capaces de normar y, por supuesto, censurar.

Es imposible que quien ejerce la profesión pueda sustraerse de que sus creencias asomen de una o de otra forma en sus textos. Suscribo el punto de vista sobre el tema que antepone a todo, la honradez. A partir de la honradez y de la decencia, a pesar de militar en determinada ideología o credo, es que se puede hacer un periodismo cabal, sin adjetivos.

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