La geopolítica también es una cuestión de ética

Es innegable que la perspectiva geopolítica es determinante en la calidad de vida de las personas, pese a que este campo disciplinar sea más bien desconocido y con poca frecuencia considerado en el análisis político. La ubicación geográfica de un país, su capacidad económica, su dimensión política y su geografía humana son los elementos que determinan la vida de una población. Como se ha evidenciado durante las últimas semanas en África.

La nueva variante del COVID-19, conocida como Ómicron aparece en el sur del continente africano y genera pánico en toda la humanidad. Después de vivir casi 20 meses en alerta por el virus, más el impacto en la salud y en la economía mundial que generó la pandemia, no cayó bien esta noticia.

Lo cierto es que los expertos aseguran que los virus cambian constantemente con la mutación y que la aparición de Ómicron o cualquier otra variante –como fue ya la Delta- no es necesariamente un tema de alarma. Lo que sí es un elemento de preocupación, por ahora, es que no se conoce si las vacunas desarrolladas son capaces de combatir estas nuevas variantes, pero mientras la ciencia da respuesta a las nuevas incógnitas, los líderes mundiales toman ciertas decisiones para resguardar a la humanidad o al menos a parte de la humanidad. Lo primero ha sido aislar al contiene africano cerrando las fronteras del resto del mundo.

Por eso es urgente hablar de ética. Las decisiones geopolíticas también pueden y deber ser analizadas desde lo humano y los valores mínimos fundamentales de justicia, igualdad y solidaridad. Lamentablemente la política exterior de las últimas décadas, imperante en gran parte del mundo y en la región latinoamericana con mayor fuerza, puso sobre la mesa la mala costumbre de hacer política exterior en base a discursos ideológicos cargados de mitos y fantasías. Eso hizo que más de uno se vuelva escéptico de una perspectiva ética en la política. Insistamos en que son dos vías distintas. Si bien es cierto que esa política exterior nociva e ideologizada es obsoleta, no podemos olvidar que, en las decisiones mundiales, además de los intereses debe primar la justicia.

En Europa y en gran parte de América (excepcionalmente el caso del Ecuador) se está aplicando la dosis de refuerzo de la vacunación (3ra dosis) y en África no se alcanza a completar 10% de población vacunada.  Se estima que los países del G20 han recibido 15 veces más vacunas que toda la región africana. Este también es un tema de ética.