La Feria del Libro de Quito

Rosalía Arteaga Serrano

Todos los esfuerzos por desarrollar el hábito lector y buscar que cada vez más ecuatorianos leamos más libros son válidos. En ese esfuerzo se encuentra la Cámara del Libro de Quito, una institución de la sociedad civil, conformada mayoritariamente por libreros y editores, es por ello por lo que, desde esta columna, queremos alentar su trabajo y la iniciativa que se desarrolla en la ciudad a lo largo de toda esta semana.

Se trata de la Feria del Libro de Quito, la FIL Quito como se la conoce, un evento de gran importancia, que se desarrolla en el Quorum del Paseo San Francisco y que cuenta con una nutrida agenda de conferencistas, de lecturas de libros en el espacio del Maratón del Cuento, de presentaciones de libros, pero sobre todo con la maravillosa posibilidad de visitar los numerosos stands que contienen centenares de libros a precios asequibles, con títulos tentadores para todas las edades.

¿Por qué una feria de libros es importante? Hay múltiples razones, la que me atrae más tiene que ver con la presencia de autores que están en contacto directo con su público, para responder preguntas, para incitarles a la lectura, para dialogar con las personas que ya conocen su obra o con los nuevos, aquellos que van a leer el libro del que se trate y que se sienten atraídos por la gran aventura que significa leer.

Pasear por los corredores, entre las muestras de libros de todos los géneros, muchos de ellos, sobre todo los dedicados a los niños, con atractivas portadas, llenas de color y de diseño, resulta fascinante, una caminata enriquecedora, que se llena con el olor de los libros, con el colorido de los ejemplares de esas ediciones que, a lo mejor, desde tiempos atrás estábamos buscando.

En estos tiempos de inseguridad y violencia, ir a la Feria del Libro es entrar en una especie de remanso de paz, de lugar en el que nos sentimos seguros y en buena compañía, de los libros y de los escritores, pero también de los diseñadores de libros, de quienes han escrito letras de canciones, de voraces lectores, de gente inquieta por las cosas del espíritu.

Recomiendo con entusiasmo a mis lectores encontrar el tiempo para ir a la Feria del Libro de Quito, que estará abierta hasta el próximo 4 de diciembre.