La farsa del cambio climático

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Contra los alarmismos dirigidos a esclavizar a la población mundial vale la pena leer algunos párrafos de la declaración de más de mil (escribo bien: ¡mil!) científicos que niegan la existencia de una emergencia climática. Mis pocos lectores me sabrán disculpar el “copiar” y “pegar”:

La ciencia del clima “debería ser menos política, mientras que las políticas climáticas deberían ser más científicas”. “Debemos liberarnos de la ingenua creencia en modelos climáticos inmaduros”. “En el futuro, la investigación sobre el clima debe dar mucho más énfasis a la ciencia empírica”.

No existen pruebas científicas de que “el calentamiento global esté intensificando los huracanes, las inundaciones, las sequías y otras catástrofes naturales similares, o haciéndolas más frecuentes”. “No hay ninguna emergencia climática. Nos oponemos firmemente a la dañina y poco realista política de C02 neto propuestas para 2050”. Los modelos climáticos, elaborados por los científicos reclutados por la ONU y sus colaboradores, ignoran que el dióxido de carbono es beneficioso, “no es contaminante”, ”es esencial para toda la vida en la Tierra”. “La fotosíntesis es una bendición. Más C02 es beneficioso para la naturaleza, haciendo más verde la Tierra; el C02 adicional en el aire ha promovido el crecimiento de la biomasa vegetal mundial. También es bueno para la agricultura, aumentando el rendimiento de los cultivos en todo el mundo”.

(La autoría pertenece a la fundación Climate Intelligence, independiente de toda relación política o económica con organizaciones ligadas al poder mundial, fue fundada en 2019 por el profesor emérito holandés Guus Berkhout, especializado en geofísica).

Diversos científicos han afirmado que el cambio climático se encuadra dentro de los procesos normales de la naturaleza y tiene que ver con las variaciones en el comportamiento del sol. Lo dicho no quita que debamos cuidar nuestro entorno natural y que lo cuidemos como a nuestra casa común. Pero no debemos dejarnos dominar por el miedo planificado para poco a poco quitarnos la libertad.