La Batalla de Riobamba

El 21 de abril de 1822 la caballería patriota, parte del ejército libertador comandado por Antonio José de Sucre, tuvo un enfrentamiento crucial con la caballería española, en los aledaños de Riobamba. Los realistas habían abandonado la ciudad por el camino que conducía hacia Quito; los Granaderos a Caballo, comandados por Juan de Lavalle, salieron de la población y se encontraron con la caballería realista bajo el mando de Tolrá a pocos centenares de metros. Lavalle no dudó y lanzó a sus jinetes argentinos contra los españoles. Con avances y retiradas el triunfo fue para las tropas libertadoras. Los partes e informes de la batalla guardan sutiles diferencias tanto sobre el sucederse de los acontecimientos como sobre sus protagonistas. Algunos sostienen la primacía de Lavalle, otros afirman que sin el auxilio de Diego de Ibarra no se hubiera logrado la victoria.

Todo ello pudo darse también por las viejas rencillas sobre la primacía en la lucha por la libertad. Sin embargo, un hecho es inobjetable: el combate de Riobamba dejó maltrecha a la caballería española, lo cual significó una enorme ventaja cuando se dio la batalla de Pichincha. No solo se trataba de muertos y heridos, sino de la desconfianza en sus propias fuerzas por parte de los realistas, y hasta se puede hablar de miedo, causado por el grito de los Granaderos: “¡A degüello!” y por el uso de las boleadoras para inutilizar a los caballos, datos conservados por la tradición.

La historiografía nacional ha tratado con cierto descuido a esta batalla. En este bicentenario es el momento de remediar la injusticia. Saludemos con entusiasmo a la ciudad que vio combatir por la libertad, aunque en pequeño, a argentinos, colombianos y, claro está, los antepasados de los ecuatorianos de hoy; la mayoría no participó en el hecho de armas por ser de infantería, pero unos doscientos riobambeños estaban alistados en el ejército de Sucre. Vaya el reverente recuerdo agradecido de todos los ecuatorianos a Lavalle, a Ibarra, a los Granaderos y a los anónimos soldados riobambeños.